- Las prevalencias más altas se presentan en mujeres en edad fértil, entre 15 y 45 años con un 32,33%.
- Por su parte, en la maternidad del Hospital San Juan de Dios, entre enero del 2019 y julio del 2021, se acompañó a mujeres en 7.877 nacimientos. Solo 683 (8,7%) de ellas al momento del parto tuvo un índice de masa corporal (IMC) menor a 25.
- Es decir, el 91,3 % tiene un IMC superior a 25. “La obesidad es un problema de salud pública que requiere atención y enfoque multidisciplinario de forma urgente” afirma la Dra. Marcia López, Jefa del Servicio de Ginecología del Hospital San Juan de Dios.
Un 31,25% de las regiones a nivel nacional poseen una prevalencia de obesidad en mujeres en edad reproductiva entre un 33% y 50%. Mientras que un 12,5% de las regiones presentan una prevalencia que superan el 50% de obesidad en este grupo. En otras palabras, un 43,75% de las regiones presentan una prevalencia de obesidad para mujeres en edad fértil que supera el promedio nacional.
Con el propósito de caracterizar la situación epidemiológica nacional de la obesidad que permitiera evidenciar el contexto nacional en esta patología, Lenz Consultores, realizó en marzo de 2021 un estudio observacional, descriptivo de cohorte transversal con componente analítico de la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, elaborando representaciones visuales que facilitaran la comunicación más directa de la obesidad como un problema de salud que urge ser abordado con urgencia.
“Este estudio revela cifras alarmantes de prevalencia de obesidad a nivel nacional y regional. Las prevalencias más altas se presentan en mujeres en edad fértil, entre 15 y 45 años con un 32,33%. Ello es de suma importancia porque el peso de las mujeres tiende a aumentar durante y después del embarazo”, explica Rony Lenz, Investigador principal del Estudio y Director de Postgrado del ISPAB UNAB.
“Clásicamente se ha definido el estado nutricional según índice de masa corporal (IMC) que se calcula dividiendo el peso por la talla al cuadrado. Aquellas personas con IMC entre 25 y 30 son clasificadas con sobrepeso, si el valor es mayor que 30 con obesidad y en aquellas cuyo IMC es mayor 40, con obesidad mórbida. Esta definición es muy criticada, entre otras cosas, por no considerar qué porcentaje de grasa tiene el peso del individuo, y en este sentido, hay un cambio de paradigma en la definición de obesidad, en que esta es considerada una enfermedad crónica compleja en que la grasa corporal excesiva afecta la salud. Igualmente, la gran mayoría de los reportes estadísticos y estudios científicos siguen ocupando el IMC por ser un índice ampliamente conocido, fácil de calcular por cualquier integrante del equipo y que no requiere de instrumentos complejos”, explica la Dra. Marcía López, Jefa del Servicio de Ginecología del Hospital San Juan de Dios.
En mujeres embarazadas existe evidencia de que la obesidad aumenta el riesgo de diabetes gestacional, preeclampsia, macrosomía fetal (crecimiento mayor a lo esperado), cesárea, parto instrumental (vacuum y fórceps), tromboembolismo, infecciones puerperales y mortalidad maternofetal.
En la maternidad del Hospital San Juan de Dios entre enero del 2019 y julio del 2021, se acompañaron a mujeres en 7.877 nacimientos. Solo 683 (8,7%) de ellas al momento del parto tuvo un índice de masa corporal (IMC) menor a 25, el 29,5% (n= 2.320) tenía un IMC entre 25 y 29,9, el 51,2% (n= 4.025) IMC entre 30 y 39,9, y el 10% (n= 839) IMC ≥ 40.
La incidencia de la diabetes gestacional se incrementó según valores de IMC, desde 3,9% en mujeres con IMC menor de 25, a 13,2% en mujeres con IMC entre 30-39,9, y hasta 19,1% en el grupo de mujeres con IMC mayor de 40. Lo mismo pasó con la preeclampsia y la hipertensión, que se presentaron en el 2,9% y 0,9% del grupo con IMC menor a 25 y alcanzan un 11,4% y 9,3% del grupo mayor de 40.
La prevalencia/frecuencia de el peso de nacimiento fetal mayor a 4000 gramos fue de 0,9% en el grupo de mujeres con IMC menor de 25, de 3,9% en el 25-29,9, de 8,9% y de 25,5% en aquellas gestantes con IMC mayor de 30. La cesárea también aumentó según el IMC, alcanzando un 55,5% en mujeres con este valor mayor a 40, versus un 21,7% en aquellas con IMC menor de 25. No encontramos diferencias en la tasa de parto instrumental en todos los grupos.
“La obesidad es un problema de salud pública que requiere atención y enfoque multidisciplinario de forma urgente. Existe evidencia de que esta patología se asocia a complicaciones perinatales, pero además está descrito, que el recién nacido tiene mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas en su etapa adulta. Nuestros datos evidencian como la diabetes gestacional, la preeclampsia, la hipertensión, la macrosomía fetal y la tasa de cesárea, son más frecuentes en pacientes con IMC mayor. Se debe concientizar a los profesionales de la salud de la gravedad de la obesidad en el embarazo y la necesidad inmediata de tratar, prevenir y educar a la población”, afirma la Dra. López
Equipo Prensa Portal Red Salud