Gabriela Garnham, gerente general de la Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (ADIMECH)
Este 14 de noviembre los ojos de Chile y el mundo estarán puestos sobre una pandemia global que cada año cobra alrededor de 1 millón y medio de vidas en el planeta: la diabetes.
Esa jornada se celebra el día mundial de esta enfermedad, efeméride creada con el fin de alertar respecto de sus graves consecuencias sobre la vida y bienestar de más de 400 millones de personas que sufren de esta patología en todo el orbe. Esta conmemoración también nos recuerda la importancia de trabajar fuertemente en la prevención, diagnóstico y tratamiento de la diabetes, ámbitos en los cuales los dispositivos médicos están llamados a jugar un rol cada vez más protagónico.
En Chile esta enfermedad crónica constituye un problema sanitario de primera magnitud. Se estima que más de 2 millones de personas viven con diabetes en el país, y su prevalencia va en aumento, llegando a afectar en la actualidad a un 10% de la población, según cálculos del Ministerio de Salud.
Las tecnologías médicas prestan un apoyo fundamental en el manejo de esta enfermedad, tanto a personas que padecen diabetes tipo 1 como a las que tienen tipo 2. Esta última es la más común en Chile y el mundo, teniendo una estrecha relación con factores de riesgo presentes con gran fuerza en la población nacional, como la obesidad, el sobrepeso, el sedentarismo y la mala nutrición. Si no se controla de manera adecuada, esta variante de la diabetes puede derivar en episodios de emergencia médica y generar severas complicaciones de salud, como ceguera, amputación de miembros inferiores, insuficiencia renal, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Para prevenir esta clase de situaciones, los pacientes cuentan con sistemas de monitoreo de glucosa, que sirven para rastrear y predecir los niveles de este compuesto orgánico en la sangre. De este modo, las personas enfermas pueden hacer un seguimiento permanente de su estado de salud y reaccionar de manera oportuna ante cambios bruscos de la glucosa, lo cual ayuda a reducir hospitalizaciones o derivaciones a servicios de urgencia.
En tanto, para la administración de insulina -procedimiento vital para el control de la diabetes- existen sistemas inteligentes, como bombas y bolígrafos, los que pueden calcular y rastrear los datos de la dosis correcta de insulina, para inyectar esta hormona automáticamente o mediante el envío de alertas, lo cual fortalece la adherencia al tratamiento.
Como se observa, el uso de dispositivos médicos implica la generación de valiosa información que permite tomar mejores decisiones por parte de las personas con diabetes y sus equipos médicos; empoderándolos en su lucha cotidiana en pos de una mejor calidad de vida. A su vez, el adecuado manejo de estos datos posibilita identificar tendencias de salud y facilita la investigación a nivel poblacional, contribuyendo a la prevención, la educación y la generación de mejores intervenciones sanitarias y políticas públicas.
Promover la educación sobre la diabetes constituye un factor clave para enfrentar con éxito esta pandemia, ya que permite impulsar estilos de vida saludables en las personas. Sin embargo, también es imprescindible ampliar el acceso de la población a la tecnología médica, además de reducir la brechas de capacitación en el uso de los dispositivos médicos, tanto por parte de los pacientes como de los profesionales y trabajadores de la salud. Enfrentando estos desafíos de manera conjunta, es posible alcanzar un abordaje integral de este complejo problema de salud pública que afecta la vida de millones de chilenos.
Equipo Prensa Portal Red Salud