Cada 11 de junio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Próstata, enfermedad que es la primera causa de muerte por cáncer en hombres y que si es diagnosticada es sus primeras etapas tiene una tasa de curabilidad en más de un 90% de los casos.
El cáncer de próstata actualmente tiene una prevalencia aproximada de 60 casos por cada 100 mil habitantes anualmente en Chile, y según datos de la OMS, cada año son diagnosticados más de seis mil hombres.
“La próstata es un órgano que está relacionado con la fertilidad, que finalmente produce y colabora con la formación del semen y el coágulo seminal. Como todo órgano es susceptible de generar neoplasias y cáncer. Enfermedad que se basa en la pérdida de la diferenciación de una célula y en este caso, la célula prostática que pierde la comandancia del resto de las células que se reproduce múltiples veces y tiene la capacidad de invadir otros tejidos cercanos” explica el Dr. Fernando Marchant, jefe del Departamento de Urología de Clínica Las Condes.
Factores de riesgo
Cualquier hombre puede desarrollar cáncer de próstata, sin embargo, hay factores que aumentan el riesgo de que se presente. Entre los elementos predominantes se encuentran:
- Edad: La incidencia del cáncer prostático aumenta exponencialmente a medida que se envejece.
- Raza: Hay grupos que son más propensos a desarrollar este tipo de cáncer, como lo es la población afroamericana. Por el contrario, en asiáticos tiene menor prevalencia.
- Herencia genética: El riesgo de padecer cáncer de próstata es mayor si hay antecedentes familiares. En pacientes con herencia directa, como padre o hermanos que han tenido este cáncer, el riesgo de desarrollarlo aumenta de 4 a 5 veces.
- Otros factores: El peso también puede ser un factor que influya en su desarrollo, ya que las personas con sobrepeso u obesidad tienen más riesgo de padecer cáncer de próstata.
No esperar a que aparezcan síntomas
El cáncer de próstata es una enfermedad silenciosa que no presenta señales en sus primeras etapas. Cuando está en una fase avanzada puede causar síntomas como:
- Crecimiento del tamaño de la próstata.
- Problemas para orinar con síntomas obstructivos como una evacuación débil o interrupción del flujo.
- Orinar con frecuencia.
- Dolor o ardor al orinar.
- Disfunción eréctil.
- Dolor de huesos (generalmente cuando hay metástasis).
¿A qué edad deben comenzar los chequeos?
Se recomienda que cada hombre comience a realizar chequeos prostáticos una vez al año a partir de los 45 años. En casos de antecedentes familiares directos de cáncer de próstata (padre o hermanos), la indicación es comenzar a partir de los 40 años.
Chequeo preventivo
En el control preventivo se evalúa la presencia de síntomas, antecedentes personales e historia familiar, y donde se realiza un examen físico completo que incluye la palpación de la próstata a través de un tacto rectal y se realiza un examen de antígeno prostático específico (PSA).
Este control es fundamental, ya que es la clave para diagnosticar un cáncer en sus etapas iniciales. “La importancia del diagnóstico precoz es que, si bien el cáncer de próstata es súper prevalente, es uno de los pocos cánceres que identificado y diagnosticado precozmente tiene curabilidad. Si tu encuentras un cáncer de próstata localizado y tiene algunas características histológicas no agresivas podemos llegar hasta un 99% de curabilidad, entonces de 100 pacientes en esas características, 99 se curan. Por lo tanto, si es detectado a tiempo la cirugía es más efectiva y eventualmente no hay que hacer tratamientos extras, como radioterapia, quimioterapia u hormonoterapia”, señala el Dr. Marchant.
Diagnóstico y tratamiento
Si luego del chequeo prostático, alguno de los exámenes sale alterado, como el antígeno prostático o se detecta un bulto en el examen físico, el urólogo enviará al paciente a realizar una biopsia, en donde se extrae una muestra del tejido para su evaluación y posteriormente confirmar o descartar este tipo de cáncer.
Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento dependerá de diversos factores como: edad, estado general de salud y gravedad del cáncer. El tratamiento puede incluir una o más opciones, sin embargo, la primera línea de abordaje es una cirugía, llamada prostatectomía radical, que consiste en la extirpación total de la próstata. Si es extraída en las fases iniciales, este es un tratamiento sumamente efectivo para que el cáncer no vuelva a aparecer ni ramificarse a otros tejidos.
Por otro lado, en pacientes donde el cáncer está más evolucionado hay que complementar la cirugía con una segunda línea de tratamiento, como lo indica el urólogo: “hay pacientes que efectivamente pueden tener más avanzado el cáncer, con una enfermedad localmente avanzada, al sacar la próstata vía quirúrgica es posible que quede algo de tumor en el paciente. Así, la persona podría someterse a radioterapia, que consiste en aplicar radiación en los tejidos y en donde hay células neoplásicas que finalmente mueren”.
Por último, en pacientes en donde el cáncer está es un estado avanzado pueden ser dos líneas de tratamiento, dependiendo de la gravedad y extensión de la enfermedad: “estos pacientes habitualmente pueden estar metastásicos y en ese momento se inicia una terapia llamada hormonoterapia que consiste en bloquear la testosterona, hormona a la cuál es sensible o dependiente este cáncer. Con esto bajan los niveles de testosterona y la enfermedad se pausa, pero no desaparece. Si posteriormente la enfermedad se activa, se utiliza la quimioterapia”, explica el doctor.
Equipo Prensa Portal Red Salud