Más de ocho millones de personas en Chile están expuestas diariamente a niveles de contaminación atmosférica considerados inseguros, insalubres y peligrosos. Así lo advirtió la doctora Patricia Matus, académica del Departamento de Salud Pública de la Universidad de los Andes (UANDES) y experta en salud ambiental, quien alertó sobre los múltiples efectos que la mala calidad del aire tiene sobre la población.
Según explicó, los niveles de contaminación aumentan significativamente durante episodios críticos, como emergencias o preemergencias ambientales. “En Chile se ha constatado que, desde el mismo día hasta 10 días después de estos episodios, se produce un aumento en las hospitalizaciones, en el consumo de medicamentos e incluso en la mortalidad”, señaló.
El impacto sanitario es profundo, persistente y afecta de manera diferenciada a diversos grupos de la población. “Las personas de la tercera edad que padecen enfermedades como bronquitis obstructiva, problemas cardíacos o diabetes están entre las más vulnerables”, advierte la doctora Matus, y añade que también se ven en riesgo las mujeres embarazadas y las personas con asma u otros trastornos inmunológicos.
Los niños, por su parte, son especialmente susceptibles. “Su sistema respiratorio aún inmaduro los hace más vulnerables: frente a la misma exposición, sus cuerpos absorben más contaminantes y sufren consecuencias más graves”, advierte la especialista.
Con una proporción importante del centro-sur del país afectada por altos niveles de contaminación, la doctora subraya la importancia de reducir la exposición, especialmente en los días críticos. “Recomiendo evitar la actividad física al aire libre, moverse con lentitud y abstenerse de realizar esfuerzos que aumenten la frecuencia respiratoria, ya que esto implica una mayor cantidad de contaminantes ingresando al organismo”, sostiene.
Soluciones estructurales para mejorar la calidad del aire
Respecto de las medidas necesarias para enfrentar esta crisis ambiental, Matus distingue distintas realidades según la zona del país. En la Región Metropolitana, la principal fuente de contaminación es el parque vehicular, por lo que urge avanzar hacia la electromovilidad y reducir drásticamente el uso de automóviles a gasolina y diésel.
En tanto, en las ciudades de la depresión central y el sur de Chile, la problemática radica en el uso de leña y de carbón para calefacción y cocina, aquí la doctora propone reemplazar estos sistemas por calefacción eléctrica o, idealmente, por redes centralizadas de biomasa, que permitan distribuir energía o agua caliente sin necesidad de chimeneas individuales, responsables de gran parte de la polución domiciliaria.
Estos cambios, afirma Matus, requieren una transición hacia tecnologías limpias en todos los ámbitos: transporte, hogares e industrias. “La solución pasa por adoptar equipos verdes, vehículos eléctricos, viviendas alimentadas por electricidad limpia y procesos industriales que aseguren bajas emisiones”, concluye.
Equipo Prensa Portal Red Salud
