El bienestar y la belleza han pasado de ser una necesidad funcional a una expresión de identidad. La personalización y la innovación guían el futuro de la industria, sin perder de vista la confianza y la calidad.
Por Pilar Vargas, Account Manager NielsenIQ Chile
A lo largo de los años, el cuidado personal ha dejado de ser una actividad exclusiva de la rutina diaria para convertirse en una parte esencial de la identidad de cada generación.
Desde los primeros años del siglo XX, el cuidado de la piel se limitaba a unos pocos productos básicos: jabón, crema hidratante y, en el mejor de los casos, un protector solar. Sin embargo, a medida que las generaciones han evolucionado, también lo han hecho sus hábitos y necesidades, generando un mercado de productos cosméticos mucho más amplio y sofisticado. Hoy se destacan productos como el sérum facial, una fórmula que para algunas generaciones es toda una novedad, mientras que otras es un eslabón más de una rutina avanzada.
En el caso de la generación Baby Boomers, (+58 años), la industria cosmética ofrecía productos limitados en comparación con la actualidad, siendo el foco la hidratación básica y la protección solar. Una visión más tradicional y funcional del cuidado de la piel.
Con la llegada de la Generación X (45 a 57 años) y los Millennials (30 a 44 años), observamos una transformación en el cuidado personal. Con la aparición de internet, las marcas lograron alcanzar mercados más amplios y los consumidores comenzaron a demandar más información y mayor diversidad de opciones.
Los Millennials valoraron cada vez más la información sobre ingredientes y comenzaron a interesarse en productos específicos para cada tipo de piel. Por ello, al preguntar sobre la frecuencia con que utilizan categorías de cuidado personal, como cremas hidratantes, protectores solares, sérums, entre otros, los Millennials destacan sobre las otras generaciones con una mayor frecuencia de uso.
Para este mismo grupo, el cuidado personal dejó de ser algo funcional y se transformó en la urgencia por encontrar productos que se adaptaran a sus necesidades únicas. Los sérums faciales, ricos en antioxidantes, vitaminas y ácidos, se volvieron populares en rutinas de belleza diaria, especialmente en el contexto de la creciente preocupación por el envejecimiento de la piel y la exposición constante a factores ambientales.
La Generación Z (15 a 29 años) es la primera en estar completamente inmersa en el mundo digital desde su nacimiento. Ha sido testigo de la expansión de las redes sociales, por lo que es, sin duda, la más interesada en el cuidado personal avanzado y en las soluciones especializadas, como sérums faciales, retinol, productos de vitamina C y ácidos exfoliantes.
Para la Generación Z, el cuidado de la piel es mucho más que una rutina estética; es parte de un enfoque consciente hacia la salud y el bienestar. La búsqueda de productos que no solo se ajusten a sus necesidades, sino que también sean éticos, naturales o cruelty-free, se ha convertido en una prioridad. Esta generación está informada y es exigente, y no duda en experimentar con nuevas fórmulas, siempre guiados por recomendaciones de influencers, blogs y videos de belleza.
Un futuro más conectado y diversificado
El cuidado personal está cada vez más influenciado por el acceso a la información, las redes sociales y la tecnología. Mientras que los Baby Boomers preferían productos sencillos y eficaces, las generaciones más jóvenes han impulsado la demanda de fórmulas personalizadas según cada tipo de piel, tendencia que está llevando a esta industria hacia un futuro donde la personalización y la innovación evolucionan junto a las expectativas de los consumidores.
A pesar de la evolución observada a lo largo de los años en esta industria y los cambios impulsados por cada generación, existen características que prevalecen en el tiempo y que continúan siendo cruciales para los compradores al elegir una marca: la confianza y la mejor relación calidad-precio.
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