Aunque se asocia tradicionalmente a la población adulta, la caída del pelo también ocurre entre personas más jóvenes. Aunque las causas son variadas, el estrés y la predisposición genética son las más frecuentes. La buena noticia es que sus efectos son reversibles cuando se tratan a tiempo, advierten los expertos de Clínica Terré.
La alopecia, tradicionalmente asociada a personas adultas, se ha convertido en una consulta cada vez más frecuente en las clínicas dermatológicas del país, incluso entre los jóvenes. Según los especialistas, este fenómeno ha experimentado un notable incremento debido a factores hereditarios y también condiciones externas como el estrés generado por las exigencias laborales y académicas.
“El estrés es uno de los principales factores de la caída del cabello en jóvenes y también en algunos casos, entre los adultos”, explica la Dra. Michelle Mauret, Jefa del Área Capilar de Clínica Terré. “Cuando el organismo está sometido a estrés prolongado, libera hormonas como el cortisol, que pueden alterar el ciclo natural de crecimiento del cabello, provocando su caída debido al evento estresante”.
La experta aclara también que aunque las tensiones del día a día son un factor relevante, la alopecia tiene causas multifactoriales que se consideran en el diagnóstico de cada caso, entre ellos:
Factores hormonales: Los cambios propios de distintas etapas de la vida pueden influir en la salud capilar.
Predisposición genética: La herencia familiar juega un rol fundamental en el hecho de que algunas personas jóvenes pierdan el pelo a temprana edad.
Factores nutricionales: Las dietas restrictivas o desequilibradas, comunes en jóvenes preocupados por su imagen corporal, pueden provocar deficiencias que afecten el cabello.
Hábitos capilares: El uso excesivo de productos químicos, peinados muy ajustados o manipulación constante del cabello pueden causar alopecia por tracción.
Factores psicológicos: Trastornos como la tricotilomanía (arrancamiento compulsivo del cabello) pueden estar relacionados con ansiedad y estrés.
Tal como en el caso de los adultos, un tratamiento específico a cargo de expertos puede ayudar a revertir la pérdida del pelo en pacientes de 30-35 años o menos. “Es importante consultar tempranamente, ojalá apenas se noten los primeros cambios en la calidad del cabello para que la pérdida no sea masiva. Muchas alopecias por estrés son completamente reversibles cuando se identifica y elimina el factor desencadenante a tiempo», advierte la Dra. Mauret.
La recomendación apunta también a un factor emocional, ya que para cualquier persona, el cabello es parte fundamental de su identidad y autoestima. “Hay casos donde hombres y mujeres evitan actividades sociales o deportivas por vergüenza, lo que afecta significativamente su calidad de vida», comenta la especialista. «Por eso nuestro enfoque no solo considera el tratamiento médico, sino también el apoyo emocional integral”.
La clave está en el diagnóstico temprano y un tratamiento apropiado, elementos que pueden marcar la diferencia entre una pérdida capilar temporal y una condición que afecte la autoestima de por vida. Para ello, Clínica Terré cuenta con dos de las tecnologías más avanzadas e innovadoras en diagnóstico y tratamiento capilar: Tricho Lab y UGraft. “La ventaja de estas herramientas de vanguardia es que no sólo mejoran la precisión de los diagnósticos, también ofrecen soluciones personalizadas y mínimamente invasivas, adaptadas a las necesidades específicas de los pacientes. Entregamos lo mejor de la ciencia y la innovación para solucionar el problema de la calvicie, a cualquier edad con resultados satisfactorios”, concluye la Dra. Mauret.
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