Hongos adaptógenos: ¿Medicina natural o una moda con falta de evidencia?

Hongos adaptógenos: ¿Medicina natural o una moda con falta de evidencia?

Cada vez más conocidos en redes sociales por sus posibles beneficios en el estrés, la inmunidad y la salud cerebral, estos hongos ganan popularidad entre quienes buscan alternativas naturales. Un toxicólogo explica qué dice la ciencia al respecto.

Reducir el estrés, fortalecer el sistema inmune, mejorar la memoria y hasta favorecer la regeneración neuronal. Los hongos adaptógenos prometen todo eso y más. Pero ¿qué tan cierto es? ¿Y qué riesgos existen al consumirlos sin una indicación profesional?
Fernando Torres, toxicólogo y director de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello, explica que estos hongos pertenecen a un grupo específico que contiene compuestos bioactivos capaces de ayudar al organismo a adaptarse al estrés físico, emocional y ambiental. “Su nombre proviene de su capacidad para promover el equilibrio (homeostasis) sin generar efectos secundarios significativos”, indica.

El concepto de adaptógeno fue desarrollado en la Unión Soviética por los científicos Nikolai Lazarev e Israel Brekhman entre las décadas de 1940 y 1950. Para ser considerado como tal, un compuesto debe cumplir tres condiciones: aumentar la resistencia inespecífica al estrés, tener un efecto normalizador sobre las funciones fisiológicas y ser inocuo.

¿Qué dice la ciencia?

Torres asegura que sí existe evidencia que respalda varias de las propiedades atribuidas a estos hongos. Sin embargo, advierte que muchos estudios son aún preliminares o provienen de la medicina tradicional china y japonesa, por lo que se requiere validación a través de estudios clínicos más sólidos en occidente.

Los efectos suelen ser suaves y acumulativos, y dependen tanto de la dosis como de la calidad del extracto. “Pueden ser un complemento útil, pero nunca un reemplazo de tratamientos médicos convencionales”, enfatiza el toxicólogo.

¿Cómo actúan en el cuerpo?

El académico de la UNAB explica que una de las principales características de los hongos adaptógenos es que no estimulan directamente al organismo, sino que lo regulan. A nivel del sistema inmune, modulan la respuesta según se requiera: si está debilitada, la potencian; si está sobreactivada, la moderan.

“Entre los compuestos responsables de esta acción están los beta-glucanos, los triterpenoides y los polisacáridos-proteínas, que pueden estimular la producción de anticuerpos, mejorar la defensa frente a infecciones y reducir inflamación crónica”, añade.

También aclara que a nivel del sistema nervioso favorecen la producción del factor de crecimiento, que es clave para la regeneración neuronal y la plasticidad cerebral, lo que explicaría sus efectos en la memoria, la concentración y la reducción del estrés y ansiedad.

Los más conocidos y sus efectos

  • Reishi (Ganoderma lucidum): modulador del sistema inmune, ayuda a reducir el estrés y mejorar el sueño.
  • Cordyceps: potencia la energía y la resistencia física, además de beneficiar el sistema respiratorio y sexual.
  • Chaga (Inonotus obliquus): potente antioxidante, con posibles efectos antiinflamatorios y reguladores del azúcar y colesterol.
  • Lion’s Mane (Hericium erinaceus): asociado a mejoras en la memoria, el enfoque y la regeneración neuronal.

“Algunos estudios preclínicos también han mostrado beneficios en enfermedades autoinmunes, neurodegenerativas e inflamatorias. Pero la evidencia clínica en humanos aún es limitada” indica el especialista.

Riesgos

A pesar de que se promocionan como naturales e inocuos, Torres advierte que los hongos adaptógenos pueden provocar efectos adversos si se consumen sin orientación profesional. Entre los principales riesgos se encuentran:

  • Reacciones alérgicas y malestares gástricos.
  • Interacciones con medicamentos (como inmunosupresores o anticoagulantes).
  • Toxicidad en pacientes con patologías renales, hepáticas, neurológicas o cardiovasculares.
  • Peligros para poblaciones sensibles: niños, adultos mayores, embarazadas, pacientes inmunocomprometidos.

Además, pone especial énfasis en no consumir suplementos de baja calidad o mal etiquetados, ya que puede implicar la ingestión de hongos contaminados o mal identificados.

¿Entonces… consumirlos o no?

En tanto, Fernando Torres señala que para que los hongos adaptógenos puedan recomendarse con mayor seguridad a la población general, “se necesitan más estudios clínicos que confirmen su eficacia, su toxicidad, su farmacocinética y las interacciones que puedan tener con otros fármacos”.

“Lo importante es que quienes los consuman revisen cuidadosamente los rótulos, aseguren el origen certificado de los productos y consulten a un profesional antes de incorporarlos a su rutina”, concluye Torres.

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