Cada vez más conocidos en redes sociales por sus posibles beneficios en el estrés, la inmunidad y la salud cerebral, estos hongos ganan popularidad entre quienes buscan alternativas naturales. Un toxicólogo explica qué dice la ciencia al respecto.
El concepto de adaptógeno fue desarrollado en la Unión Soviética por los científicos Nikolai Lazarev e Israel Brekhman entre las décadas de 1940 y 1950. Para ser considerado como tal, un compuesto debe cumplir tres condiciones: aumentar la resistencia inespecífica al estrés, tener un efecto normalizador sobre las funciones fisiológicas y ser inocuo.
Torres asegura que sí existe evidencia que respalda varias de las propiedades atribuidas a estos hongos. Sin embargo, advierte que muchos estudios son aún preliminares o provienen de la medicina tradicional china y japonesa, por lo que se requiere validación a través de estudios clínicos más sólidos en occidente.
¿Cómo actúan en el cuerpo?
“Entre los compuestos responsables de esta acción están los beta-glucanos, los triterpenoides y los polisacáridos-proteínas, que pueden estimular la producción de anticuerpos, mejorar la defensa frente a infecciones y reducir inflamación crónica”, añade.
Los más conocidos y sus efectos
- Reishi (Ganoderma lucidum): modulador del sistema inmune, ayuda a reducir el estrés y mejorar el sueño.
- Cordyceps: potencia la energía y la resistencia física, además de beneficiar el sistema respiratorio y sexual.
- Chaga (Inonotus obliquus): potente antioxidante, con posibles efectos antiinflamatorios y reguladores del azúcar y colesterol.
- Lion’s Mane (Hericium erinaceus): asociado a mejoras en la memoria, el enfoque y la regeneración neuronal.
“Algunos estudios preclínicos también han mostrado beneficios en enfermedades autoinmunes, neurodegenerativas e inflamatorias. Pero la evidencia clínica en humanos aún es limitada” indica el especialista.
A pesar de que se promocionan como naturales e inocuos, Torres advierte que los hongos adaptógenos pueden provocar efectos adversos si se consumen sin orientación profesional. Entre los principales riesgos se encuentran:
- Reacciones alérgicas y malestares gástricos.
- Interacciones con medicamentos (como inmunosupresores o anticoagulantes).
- Toxicidad en pacientes con patologías renales, hepáticas, neurológicas o cardiovasculares.
- Peligros para poblaciones sensibles: niños, adultos mayores, embarazadas, pacientes inmunocomprometidos.
Además, pone especial énfasis en no consumir suplementos de baja calidad o mal etiquetados, ya que puede implicar la ingestión de hongos contaminados o mal identificados.
En tanto, Fernando Torres señala que para que los hongos adaptógenos puedan recomendarse con mayor seguridad a la población general, “se necesitan más estudios clínicos que confirmen su eficacia, su toxicidad, su farmacocinética y las interacciones que puedan tener con otros fármacos”.
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Equipo Prensa
Portal Red Salud