Dormir bien es esencial para mantener una buena salud física y mental. Sin embargo, muchas personas subestiman la importancia del descanso nocturno y las consecuencias de una mala calidad del sueño.
Catalina Salinas, jefa de carrera de Técnico en Enfermería del IP-CFT Santo Tomás Santiago Centro, explicó los efectos negativos de dormir mal, sus posibles causas y comparte 10 consejos clave para mejorar la higiene del sueño.
Consecuencias de dormir mal
Sobre los efectos de la falta de sueño, la profesional señaló:
«Existen diversos efectos cuando se altera el patrón del sueño o se priva de un buen descanso nocturno. Entre ellos destacan la falta de concentración y atención, alteración de la memoria y aumento de la somnolencia diurna».
Además, advirtió que estos síntomas pueden derivar en problemas más graves, como:
- Mayor riesgo de cometer errores.
- Irritabilidad y ansiedad.
- Fatiga constante.
- Disminución de la libido.
- Reducción del rendimiento, la creatividad y la productividad.
«Todos estos factores provocan, a largo plazo, una marcada disminución en la calidad de vida», enfatizó Salinas.
Posibles causas de los problemas de sueño
Las alteraciones en el sueño pueden deberse a múltiples factores. Algunas enfermedades como hipertensión arterial, diabetes tipo 2, depresión, Parkinson, insomnio o dolores crónicos pueden afectar el descanso.
«Es importante siempre consultar a un médico y mantener un chequeo regular del estado de salud», recomendó Salinas. Sin embargo, también existen factores externos que influyen en el descanso, como el consumo de cafeína, drogas, cambios de horario, la genética y la edad.
«Los cambios de horario también pueden alterar los ciclos del sueño, al igual que el consumo de estimulantes como el café, bebidas azucaradas, el alcohol y consumir algún tipo de drogas», explicó la docente de Santo Tomás Santiago Centro.
10 consejos para mejorar la higiene del sueño
Para lograr un descanso óptimo, la jefa de carrera de Técnico en Enfermería compartió 10 consejos clave:
- Leer antes de dormir (pero evitando temas laborales).
- Escuchar música suave para relajar la mente.
- Mantener un horario estable para levantarse y acostarse.
- Evitar estimulantes como café, bebidas energéticas, nicotina, té, cacao y alcohol.
- Eliminar las siestas durante el día.
- No automedicarse para inducir el sueño.
- Reducir el uso de pantallas antes de dormir: apagar el computador, desconectarse del celular y evitar ver televisión en la cama o tener televisor en el dormitorio.
- Optimizar el ambiente del dormitorio: disminuir la intensidad de luz, mantener una temperatura agradable, reducir el ruido y tomar un baño relajante antes de acostarse.
- Evitar actividades estimulantes antes de dormir, como trabajo, planificación del día siguiente o ejercicio físico intenso.
- Cuidar la alimentación nocturna, evitando cenas abundantes y comidas muy condimentadas.
Siguiendo estos hábitos saludables, es posible mejorar la calidad del sueño y, con ello, la salud en general.
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Equipo Prensa
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