Durante el invierno de 2023, un brote bacteriano afectó gravemente a juveniles de cojinoba (Seriolella violacea) cultivados experimentalmente en el Laboratorio de Cultivo de Peces Marinos de la Universidad Católica del Norte (UCN), en Coquimbo. La mortalidad alcanzó los 3.740 ejemplares, marcando un hito preocupante para el desarrollo acuícola de esta especie en el norte de Chile.
Los peces presentaron lesiones externas, principalmente úlceras cutáneas, compatibles con una infección bacteriana. A través de un riguroso análisis microbiológico, genómico y de tipificación de las muestras, liderado por el Académico de la Universidad Andrés Bello e Investigador Principal del Centro INCAR, Dr. Ruben Avendaño-Herrera, se identificó al agente etiológico: Tenacibaculum dicentrarchi, una bacteria conocida por causar tenacibaculosis en otras especies marinas, como congrio colorado y salmónidos cultivados en Chile .
Si bien la aparición de cuadros infecciosos externos con úlceras en cojinoba, así como en otras especies marinas reconocidas como candidatas para la diversificación acuícola, no es un fenómeno nuevo, en esta ocasión los 16 aislados bacterianos mostraron características fenotípicas típicas de T. dicentrarchi, los que fueron confirmados mediante PCR y secuenciación genética. Así, este estudio representa el primer reporte de la tenacibaculosis en cojinoba, ampliando el espectro de especies susceptibles a tenacibaculosis en Chile.
“El primer reporte de tenacibaculosis en cojinoba representa una señal de alerta para la industria acuícola chilena, especialmente en el contexto de la diversificación de especies marinas en cultivo. Este hallazgo evidencia que T. dicentrarchi puede afectar también a nuevas especies en desarrollo productivo, lo que resalta la necesidad de establecer medidas preventivas tempranas. En este sentido, es fundamental comenzar a desarrollar estrategias de control no farmacológicas, con énfasis en la prevención mediante vacunas o autovacunas, que puedan proteger a los peces antes de que se presenten brotes y mortalidades asociadas a esta enfermedad”, explicó el Dr. Ruben Avendaño-Herrera.
El Académico de la UNAB destaca que, para alcanzar este hito, la colaboración con el equipo del Dr. Edison Serrano de la Universidad Católica del Norte (UCN), permitió implementar un enfoque diagnóstico más oportuno en este brote reciente.
“Se enviaron muestras en placas de cultivo para el aislamiento bacteriano directamente desde las lesiones, lo que permitió identificar con precisión a T. dicentrarchi como el agente causal. Esta experiencia subraya la importancia de contar con protocolos de vigilancia activa y colaboración interinstitucional para el diagnóstico temprano de enfermedades en especies en fase de desarrollo acuícola”, resaltó.
El Investigador de CIMARQ UNAB e INCAR explicó que “las herramientas de tipificación utilizadas en nuestro estudio permitieron evidenciar la homogeneidad antigénica de los aislados responsables de las mortalidades, ya que todos pertenecen al mismo tipo antigénico. Esto sugiere que el desarrollo de una vacuna o autovacuna para prevenir futuros brotes de tenacibaculosis podría ser relativamente más sencillo. No obstante, es fundamental evaluar la eficacia protectora de estas vacunas experimentales mediante inmunización de los peces, así como realizar modelos de desafío utilizando los aislados de T. dicentrarchi recuperados durante el brote reportado, para validar su capacidad de protección antes de su aplicación comercial”, comentó.
Revisa aquí el paper “First Report of Tenacibaculum dicentrarchi in Diseased Palm Ruff (Seriolella violacea, Guichenot 1848) From an Experimental Culture in Chile”, de Ruben Avendaño-Herrera, Henry Araya-León, Marcia Oliva, Rute Irgang y Edison Serrano.
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jfd.70039