En el marco del Día Mundial contra el Dolor, especialistas de la salud advierten sobre el impacto de patologías crónicas como la fibromialgia, las neuropatías o el dolor pélvico, condiciones que suelen tardar años en diagnosticarse y que deterioran significativamente la calidad de vida de los pacientes.
17 de octubre 2025.- El dolor crónico es una de las principales causas de consulta médica a nivel mundial. Es aquel que persiste por más de tres meses y afecta a millones de personas en todo el mundo. En Chile, según la última Radiografía del Dolor UC – Achs, 1 de cada 4 personas sufren de este tipo de dolor, teniendo un impacto directo en la productividad y en la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
El Dr. Germán Acuña, coordinador de la Unidad del Dolor de Clínica Biobío, resalta: “El dolor crónico es aquel que se mantiene por más de 3 a 6 meses y que empieza a independizarse de la causa que lo origina. Un dolor agudo es aquel que compromete una respuesta neuroendocrina, lo que significa un aumento de la frecuencia cardíaca, de la frecuencia respiratoria y piloerección”.
Fibromialgia: un dolor que se confunde con el cansancio
La fibromialgia es una enfermedad crónica que afecta en su mayoría a mujeres, caracterizada por dolor musculoesquelético generalizado, fatiga, alteraciones del sueño y problemas cognitivos.
Respecto al por qué suele tardar tanto en diagnosticarse, la Dra. Lilian Jara, reumatóloga de Clínica Dávila, explica que se debe a síntomas difusos y sin marcadores claros, confusión con otras patologías, falta de biomarcadores específicos y persistente estigma que lleva a subestimar la enfermedad como “psicológica”.
Migrañas y neuropatías: cuando el dolor nace en los nervios
En relación con la migraña, el Dr. Ney Tello, jefe médico de Help Rescate, sostiene: “Estas se deben a un tipo específico de cefalea que afecta la calidad de vida por su recurrencia y que se caracteriza por provocar un dolor pulsátil e intenso, sensibilidad a la luz y a los sonidos, por generar malestar como mareos, náuseas y vómitos, visión borrosa y aura, es decir, síntomas neurológicos previos al dolor de cabeza”.
Por otra parte, la Dra. Erika Krauss, neuróloga de Clínica Dávila Vespucio, asegura: “Las neuropatías periféricas se originan por daño en los nervios que comunican el cerebro con la médula espinal, llevando y trayendo información con el resto del cuerpo. Dependiendo del tipo de nervio afectado pueden producir debilidad o síntomas sensitivos como dolor, ardor, hormigueo o pérdida de sensibilidad, especialmente en manos y pies. Estas molestias pueden dificultar tareas cotidianas y afectar la autonomía de quien las padece”.
Otros dolores poco visibles
La endometriosis afecta a cerca del 10% de las mujeres y su diagnóstico puede tardar entre 7 y 10 años.
El Dr. Ignacio De la Torre, ginecólogo del Centro Integral de la Mujer de Clínica Ciudad del Mar, advierte que la primera gran barrera es el diagnóstico, ya que muchas veces las mujeres y su entorno tienden a normalizar este tipo de dolores: “La menstruación no debe doler. Hay que ser enfático en que una regla dolorosa, que afecta la calidad de vida de la mujer, que puede provocar molestias al defecar, al orinar, durante la actividad sexual, generar desmayos o incluso náuseas y vómitos, no es normal. Cuando eso ocurre, puede ser una banderita de alerta de que debe acudir a un especialista capacitado y actualizado en la enfermedad”.
En el ámbito musculoesquelético, la artrosis y la lumbalgia crónica son las principales causas de discapacidad y ausentismo laboral. Se estima que una de cada cinco personas mayores de 60 años tiene artrosis, mientras que el dolor lumbar crónico puede iniciar en etapas tempranas de la vida adulta.
Efectos en la salud mental: cuando el dolor traspasa lo físico
Según explica Jennifer Conejero, psicóloga de Clínica Santa María, el dolor crónico tiene un fuerte impacto en la salud mental, ya que puede generar limitaciones en las actividades cotidianas, como el trabajo, los estudios o la vida familiar y social, provocando frustración, tristeza y ansiedad.
“Otro aspecto importante es la connotación social. El dolor crónico no se ve, entonces muchos pacientes se sientes juzgados o no validados en su malestar, aumentando la ansiedad y síntomas depresivos”, agrega la especialista.
En este escenario, la terapia psicológica es fundamental para mejorar la calidad de vida, entregando estrategias para manejar el dolor, tratar la ansiedad y la depresión, y facilitar la reinserción social y laboral.