• Los catéteres, dispositivos que permiten administrar medicamentos o extraer fluidos directamente al torrente sanguíneo, pueden transformarse en puerta de entrada a infecciones graves. Según la OMS, hasta un 70% de estos casos son prevenibles.

 

  • En Chile, cada episodio implica en promedio 20 días extra de hospitalización y un costo de más de 7.200 dólares por paciente, con impacto directo en la carga asistencial y el uso de antibióticos.

 

Santiago, octubre de 2025.- Las infecciones asociadas al uso de catéteres representan uno de los principales desafíos hospitalarios en Chile. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada 10 personas hospitalizadas puede contraer una infección relacionada con la atención médica, sin embargo, hasta el 70% de estos casos podría ser prevenible.

 

En el país, cuando la infección alcanza el torrente sanguíneo a través de un catéter venoso central, el paciente puede permanecer hospitalizado hasta 20 días adicionales. Y el costo estimado por esta situación es de magnitud: un estudio publicado en la Revista Chilena de Infectología -que analizó la situación en el Hospital Militar de Santiago-, calculó que cada infección por catéter implica un gasto promedio de 7.286 dólares. 

 

Con 608 casos registrados en un año, el impacto económico para los hospitales chilenos sobrepasa los 4,3 millones de dólares.

 

Prevención y protocolos

 

Natalia Mancilla, enfermera y Clinical Specialist de Solventum, destaca que la prevención también depende de contar con dispositivos que faciliten el cumplimiento de protocolos, pues afirma que “en la práctica clínica contar con alternativas como el Tegaderm™ CHG, un apósito que protege y permite observar de manera constante el punto de inserción, mientras libera clorhexidina de forma sostenida, simplifica el cuidado y favorece la adherencia al protocolo”.

 

La evidencia internacional respalda estas medidas, conde el uso de apósitos con clorhexidina ha demostrado reducir hasta en 60% las infecciones asociadas a catéter. En pacientes en hemodiálisis, la baja llega incluso al 86%, junto con ahorros hospitalarios significativos.

 

“Prevenir este tipo de infecciones no solo reduce los días de hospitalización y la necesidad de usar antibióticos, también protege la vida de los pacientes y mejora significativamente su recuperación”, afirma Mancilla.

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Equipo Prensa
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