Por Carmen Rodríguez, Gerenta de innovación y desarrollo Laboratorio Nutrapharm
La innovación en el mundo de los suplementos alimenticios avanza a pasos firmes a nivel global, y Chile no es la excepción. Hoy, las tendencias apuntan a mejorar la experiencia de consumo, explorar nuevas formas de administración y potenciar la efectividad de los ingredientes a través de tecnologías más sofisticadas. El consumidor, cada vez más informado, demanda soluciones personalizadas que respondan a distintas etapas de la vida: desde la salud infantil hasta el bienestar de adultos mayores activos, como también en su camino hacia una longevidad más saludable y activa.
Sin embargo, la innovación no se limita solo a nuevos formatos o categorías. También implica un riguroso proceso científico enfocado en la identificación, análisis y aprobación de ingredientes. Aquí, la investigación es clave para garantizar calidad, inocuidad y trazabilidad, tres conceptos que deberían ser intransables en una industria que toca de forma directa la salud de las personas.
El principal desafío está en la regulación, ya que Chile aún no cuenta con una categoría ni con estándares de calidad definidos para los nutracéuticos. Este vacío frena la innovación y permite la venta de productos fraudulentos o de baja calidad, poniendo en riesgo la salud de las personas y afectando la confianza del consumidor. Además, algunos suplementos utilizan ingredientes no permitidos por la normativa local, como la ashwagandha y el resveratrol, lo que genera una competencia desleal frente a las empresas que sí cumplen con las exigencias regulatorias.
A pesar de estas limitaciones, las empresas que apuestan por la investigación y el desarrollo logran abrirse camino gracias a colaboraciones con universidades y entidades científicas, impulsando proyectos de caracterización y estandarización de ingredientes naturales. Ese vínculo entre ciencia e industria es, sin duda, una de las llaves para construir una categoría sólida, transparente y sostenible.
La innovación no puede ser entendida como un evento aislado, sino como un proceso constante que demanda inversión, creatividad y, sobre todo, responsabilidad. El futuro de los suplementos en Chile dependerá de cómo logremos equilibrar la vanguardia científica con una regulación clara y exigente, que eleve los estándares para todos los actores de la industria. Solo así se podrá fortalecer la confianza del consumidor y dar el salto que el mercado necesita para posicionarse en la región como un referente en desarrollo e innovación.