Por la doctora Mariana Labbé médico psiquiatra
El reciente anuncio del Ministerio de Salud sobre la incorporación de la hospitalización por depresión grave con riesgo suicida en niñas, niños y adolescentes menores de 15 años al sistema de Garantías Explícitas en Salud (GES), que empezará a regir desde diciembre es, sin duda, un paso relevante para nuestro país. Se trata de un avance concreto que reconoce una realidad ineludible: el aumento sostenido de los casos de depresión infantil y la urgencia de fortalecer la atención en salud mental desde etapas tempranas.
Contar con cobertura para hospitalización permitirá brindar atención oportuna y especializada a los menores que enfrentan cuadros severos, especialmente en situaciones de riesgo vital. Sin embargo, aún queda mucho por avanzar. Hoy, el GES no contempla el tratamiento ambulatorio de la depresión en menores de 15 años, una limitación significativa si consideramos que la detección temprana y la intervención oportuna son claves para prevenir la progresión hacia cuadros más graves.
En este contexto, el fortalecimiento de la atención primaria en salud mental, junto con la inclusión del tratamiento ambulatorio infantil en el GES, deben ser los próximos pasos. Solo así podremos asegurar un abordaje integral que no se limite a las crisis, sino que promueva el bienestar emocional de niños, niñas y adolescentes desde la prevención.
Asimismo, es fundamental continuar avanzando en la incorporación de otras condiciones relevantes al GES, como los trastornos del espectro autista (TEA), cuya detección y tratamiento temprano también son determinantes para el desarrollo y la calidad de vida.
La salud mental infantil no puede esperar. Este anuncio representa un avance importante, pero también un recordatorio de todo lo que aún debemos construir para garantizar que cada niño y niña tenga acceso a la atención que necesita, cuando la necesita.
¡Y recuerden, #ConversarDeSaludMental puede salvar vidas!























