- Avances en diagnóstico y tratamiento están permitiendo reducir los tiempos críticos en la atención de accidentes cerebrovasculares, salvando vidas y mejorando la recuperación de los pacientes.
En Chile, el accidente cerebrovascular (ACV) continúa siendo una de las principales causas de muerte y discapacidad. Cada año, se registran cerca de 30.000 nuevos casos, equivalentes a unos 130 por cada 100.000 habitantes, de acuerdo con estimaciones del Ministerio de Salud (MINSAL). Este escenario no sólo representa una amenaza creciente para la salud pública, sino que también impone una carga social y económica significativa para el país.
Sin embargo, los avances en diagnóstico por imágenes y monitoreo neurológico están cambiando el panorama, permitiendo a los equipos médicos actuar con mayor rapidez y precisión.
El concepto “tiempo es cerebro”, resume la urgencia de esta patología, ya que por cada minuto que ella pasa sin tratamiento, millones de neuronas se pierden de manera irreversible. En ese escenario, la incorporación de tecnologías de última generación en hospitales y clínicas ha permitido optimizar procesos, acortar los tiempos de evaluación y ofrecer tratamientos más efectivos.
Para conocer mayores detalles, en esta entrevista Marcelo Torres, Country Manager de Philips Chile, profundiza en cómo la innovación en imagenología está redefiniendo el manejo del ACV, así como en la forma en que la compañía busca impulsar un modelo de atención más ágil, preciso y centrado en el paciente.
Un reto nacional
“El accidente cerebrovascular continúa siendo un desafío sanitario urgente. Desde Philips, nuestro objetivo es acercar tecnologías que permitan un acceso más rápido, certero y equitativo al tratamiento”, afirma Torres.
Agrega que la empresa busca que más personas lleguen a tiempo a terapias de reperfusión, como la trombólisis o la trombectomía, mientras los equipos clínicos cuentan con herramientas integradas que les permiten tomar decisiones críticas en cuestión de minutos.
No obstante, el contexto nacional presenta obstáculos relevantes respecto de la falta de coordinación entre niveles asistenciales, dificultades en la derivación de pacientes y una distribución desigual de los centros especializados. “Reducir el intervalo entre la aparición de los síntomas y la atención efectiva, sigue siendo uno de los grandes desafíos del sistema”, subraya el ejecutivo.
Ante esta realidad, Philips se ha consolidado como un socio estratégico del sistema de salud, aportando plataformas de imagenología avanzada, inteligencia artificial aplicada al diagnóstico y flujos clínicos optimizados que dan paso a protocolos más rápidos y seguros. “Con soluciones como Azurion, nuestra plataforma de terapias guiadas por imágenes, es posible disminuir los tiempos de intervención, mejorar la coordinación entre centros y ampliar el acceso a tratamientos oportunos”, añade el Country Manager de Philips Chile.
Herramienta decisiva
En el ámbito neurovascular, Philips ha marcado un hito con el desarrollo de Azurion, una plataforma de última generación que integra sistemas de rayos X, herramientas 2D y 3D como SmartCT, y una interfaz táctil unificada que centraliza todos los controles en una sola pantalla, optimizando la fluidez del trabajo clínico.
“Azurion entrega imágenes de alta calidad con una exposición mínima a radiación, lo que beneficia tanto al paciente como al personal médico”, explica Torres. Entre sus avances se encuentra el CBCT Helical, tecnología derivada del protocolo Butterfly del estudio internacional WE TRUST, liderado por Philips. Esta innovación ofrece una visión ampliada y detallada del cerebro, reduciendo los tiempos de adquisición de imágenes de 20 a sólo 8 segundos y minimizando la dosis de radiación ionizante.
Además, incorpora la función Dual Viewer, que permite fusionar volúmenes de imagen para identificar zonas de penumbra cerebral; es decir, tejidos aún recuperables. “Gracias a estas tecnologías, hoy es posible realizar diagnósticos más rápidos y seguros, lo que incide directamente en la supervivencia y la calidad de vida posterior del paciente, ya que permite personalizar el tratamiento y actuar con mayor precisión y rapidez”, destaca.
En Chile, la integración de estas herramientas ha permitido extender la ventana terapéutica para realizar trombectomías mecánicas y mejorar la coordinación interhospitalaria, reduciendo secuelas neurológicas. “Al ofrecer información en tiempo real y optimizar los flujos de trabajo, fortalecemos la confianza clínica y contribuimos directamente a salvar vidas”.
Cuando cada minuto cuenta
El principio “tiempo es cerebro” resume la urgencia que define la atención del ACV. Cada minuto de retraso implica pérdida neuronal irreversible. Consciente de ello, Philips orienta su innovación a acelerar la respuesta diagnóstica y terapéutica, llevando la capacidad de imagen directamente a la sala de tratamiento.
“Gracias a nuestras soluciones, los equipos médicos pueden evitar traslados internos dentro del hospital y actuar inmediatamente”, comenta Torres. Y es que tecnologías como Azurion tienen la capacidad de ejecutar procedimientos neurovasculares guiados por imágenes en tiempo real, posibilitando diagnósticos inmediatos y tratamientos específicos bajo un mismo entorno clínico.
En esa misma línea y de acuerdo con estudios internacionales como WE TRUST, este enfoque ha demostrado mejoras clínicas significativas, y su implementación en hospitales chilenos ya ha evidenciado avances concretos en la reducción de tiempos críticos y en la recuperación de los pacientes. “La combinación de software inteligente y sistemas de imágenes integrados facilita una colaboración efectiva bajo presión”, sostiene el ejecutivo.
Experiencias que marcan la diferencia
El impacto de estas tecnologías trasciende fronteras. En Vitória, Brasil, el estudio WE TRUST validó la eficacia del tratamiento del ACV directamente en la sala de intervención, sin necesidad de trasladar al paciente. “Se logró disminuir en promedio 50 minutos el tiempo total de tratamiento, lo que se traduce en mayores tasas de recuperación neurológica”, puntualiza Marcelo Torres.
Estos resultados confirman que incluso en sistemas de salud con recursos limitados, la combinación de tecnología avanzada, capacitación adecuada y protocolos eficientes puede transformar la atención del ACV.
En esa línea, Philips también impulsa un fuerte componente formativo, ya que la innovación tecnológica sólo es efectiva si el personal clínico está preparado para usarla correctamente. Por ello, desarrolla programas de capacitación continua para médicos, especialistas, enfermeras, radiólogos y equipos de urgencias, junto con alianzas con centros hospitalarios de referencia nacional.
Asimismo, Philips participa activamente en instancias académicas y de investigación, como la Reunión Científica Anual de la Sociedad Ibero Latinoamericana de Neurorradiología (SILAN); el Congreso Anual de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía (SONEPSYN); el Congreso Chileno de Enfermedades Cerebrovasculares de la Asociación Chilena de Enfermedades Vasculares Encefálicas (ACEVE) y, el Congreso Chileno de Radiología organizado por la Sociedad Chilena de Radiología (SOCHRADI); todas ellas, instancias en las que busca impulsar la actualización profesional y el diálogo científico.
Precisión y resultados
De cara al futuro, Philips proyecta consolidar la imagenología como piedra angular de un modelo sanitario centrado en precisión, eficiencia y resultados clínicos medibles. “Aspiramos a que más pacientes accedan a terapias avanzadas mediante sistemas interoperables respaldados por inteligencia artificial”, señala Marcelo Torres.
A su vez, con plataformas como Azurion y su motor ConnectOS, que permiten la colaboración simultánea entre múltiples especialistas y la gestión coordinada de tareas en tiempo real, Philips busca optimizar la eficiencia operativa y acortar los tiempos de atención. “Este enfoque es esencial si consideramos que el ACV sigue siendo la segunda causa de muerte y la principal de invalidez en adultos mayores de 65 años en Chile”, enfatiza el ejecutivo local.
En sintonía con las metas del Ministerio de Salud, la compañía impulsa un sistema sanitario más integrado, colaborativo y tecnológicamente avanzado, donde la innovación no sólo salve vidas, sino que también mejore su calidad y reduzca las secuelas a largo plazo.
“Cada segundo cuenta. Nuestra misión es ayudar a que esos segundos se traduzcan en más oportunidades de recuperación, más independencia y más esperanza para los pacientes y sus familias”, concluye el Country Manager de Philips.
























