Por las calles de Santiago, el mensaje es claro y desafiante: “¿Si la salud es primero, por qué el VIH siempre queda al último?” La frase aparece en letreros ubicados en puntos neurálgicos como Ahumada con Huérfanos, el Paseo Ahumada, Escriba de Balaguer en Lo Cañas y en la Rotonda Irene Frei en Vitacura. Son parte de la nueva campaña de AHF Chile (AIDS Healthcare Foundation) la organización más grande del mundo dedicada a la respuesta al VIH/SIDA, que, desde el 3 de noviembre y en el mes de las elecciones presidenciales, busca poner nuevamente al VIH/SIDA en el centro de la conversación pública y política.
La acción no es casual. En un contexto donde ninguna de las ocho candidaturas presidenciales menciona el VIH/SIDA dentro de sus propuestas programáticas, AHF decide salir del discurso institucional y llevar la reflexión al espacio público, donde millones de personas transitan a diario. Según la Encuesta de Movilidad de Santiago (EMS 2024), en la capital se realizan más de 6,1 millones de viajes diarios en automóvil, lo que convierte a la vía pública en uno de los medios más potentes para comunicar y generar impacto emocional inmediato.
“Las campañas en vía pública tienen una fuerza única: logran interpelar en segundos, sin filtros, y apelan a la empatía. Queremos que la ciudadanía, y también los candidatos, recuerden que el VIH sigue aquí, que no desapareció, y que las personas que viven con el virus necesitan políticas activas y comprometidas”, afirma el Dr. Carlos Becerra, médico especialista en Salud Pública y director de AHF Chile.
VIH en Chile
Chile enfrenta un panorama complejo. En 2024, el país registró más de 4.300 nuevos casos de VIH, lo que demuestra que el problema está lejos de superarse. Si bien el acceso a tratamientos antirretrovirales es gratuito en la red pública de salud, el 30 a 35% de los diagnósticos aún se realiza en etapa Sida, lo que refleja barreras persistentes en el acceso oportuno, la prevención y la educación sexual.
“Nuestro país invierte importantes recursos en medicamentos, pero si las personas no llegan a tiempo al tratamiento, esas vidas siguen en riesgo. Necesitamos una mirada integral: prevención, adherencia y retención en el sistema, no solo rescate de quienes abandonaron su terapia, lo cual también es relevante toda vez que alrededor de 20 mil personas viven con VIH y no están recibiendo tratamiento”, enfatiza Becerra.
La campaña, que se desplegará durante noviembre, busca interpelar a las autoridades y a la opinión pública en un año decisivo, recordando que “comprometerse con el VIH es comprometerse con Chile”. AHF plantea que la exclusión del tema en las plataformas políticas refleja una visión reducida de la salud, centrada solo en la urgencia inmediata, sin abordar las causas estructurales de las desigualdades sanitarias.
A través de mensajes directos y potentes, la acción invita a la ciudadanía y a las autoridades a mirar de frente una realidad que no puede seguir siendo postergada: “Volvamos a priorizar el VIH en las políticas de salud”, “¿Si la salud es primero, por qué el VIH siempre queda al último?”, “Comprometerse con el VIH es comprometerse con Chile” y “No hay salud pública sin el VIH en la agenda”. Estas frases son el corazón de una intervención que interpela, cuestiona y llama a asumir compromisos reales frente al VIH.
Además de los mensajes en vía pública, la iniciativa estará acompañada de contenido digital y acciones de terreno, con el objetivo de abrir espacios de conversación sobre la necesidad de fortalecer las políticas de prevención, mejorar el acceso a testeo y actualizar las estrategias comunicacionales que lleguen efectivamente a las poblaciones con mayor riesgo de adquirir el VIH.
El Dr. Becerra insiste en que la meta global de ONUSIDA de cero nuevas infecciones, cero discriminaciones y cero muertes relacionadas al Sida para 2030, sólo será posible si el país asume el tema como prioridad nacional.
“El VIH no puede seguir al margen. Es un tema de salud pública, de derechos humanos y de equidad. Hablar de VIH es hablar de justicia social”, concluye.
Con esta campaña, las calles de Santiago se transforman en un espejo, uno donde la sociedad, y sus líderes, deben decidir si seguir mirando hacia otro lado, o finalmente volver a priorizar el VIH en las políticas de salud.
            























