- Consumir mucha agua en verano y consumir frutas es saludable, pero hacerlo en exceso se convierte en un riesgo para la salud, ya que promueve el aumento de peso. Siempre es relevante evitar alimentos procesados y ultraprocesados.
El verano trae consigo altas temperaturas, cambios de rutina y mayor actividad al aire libre, condiciones que pueden impactar nuestros hábitos alimentarios y niveles de hidratación. Para enfrentar esta temporada de manera saludable, la nutricionista Mónica Andrews, académica del Diplomado de Nutrición de la Universidad Autónoma de Chile, entrega recomendaciones clave para mantener el bienestar sin renunciar al disfrute.
Según Andrews, aprovechar la oferta de alimentos frescos y naturales es fundamental. “En esta época debemos priorizar frutas y verduras de temporada como sandía, melón o durazno. Se recomienda consumir cinco porciones diarias entre frutas y verduras, ya que aportan agua, fibra, vitaminas y minerales esenciales para el buen funcionamiento del organismo y ayudan a prevenir la deshidratación”.
No obstante, la especialista advierte que el exceso también importa. “Aunque las frutas son saludables, contienen hidratos de carbono, por lo que un consumo excesivo puede generar cambios en el peso”, señala. Además, Andrews recomienda evitar en cualquier época alimentos procesados y ultraprocesados. “Estos productos tienen altos niveles de sodio y aditivos que pueden afectar la salud y, especialmente en verano, contribuir a la deshidratación”.
En vacaciones, las rutinas suelen relajarse, lo que puede afectar los hábitos alimentarios. Para mantener el equilibrio, Andrews sugiere: Mantener horarios regulares de comida, priorizar desayunos y evitar comer tarde en la noche, tomar abundante agua sin aditivos y moderar el consumo de alcohol, practicar actividad física moderada y principalmente respetar las señales de hambre y saciedad.
El rol de la fibra presente en frutas y verduras también es clave durante el verano. “Al consumirlas crudas y sin agregados como azúcar o crema, favorecemos la saciedad, la salud intestinal y el correcto funcionamiento de la microbiota”, agrega.
Rol de la hidratación en verano
La hidratación es otro pilar esencial en esta época. La especialista explica que los requerimientos de agua aumentan con las altas temperaturas, “mientras en condiciones normales recomendamos 1 ml de agua por caloría consumida, en verano esa cifra debe aumentar a 1,5 ml. En adultos equivale a un mínimo de 2 litros diarios, y en niños a 1,5 litros. Los adultos mayores requieren especial atención, ya que pueden perder la sensación de sed, por lo que es importante recordarles beber agua frecuentemente”.
En el caso de deportistas, el requerimiento puede llegar a 3,5 litros al día, debido a las pérdidas por sudoración y actividad física. “Con hábitos sencillos y conscientes, es posible disfrutar de un verano saludable. La temporada estival es una oportunidad para incorporar alimentos frescos, hidratarnos adecuadamente y mantener un estilo de vida equilibrado. Pequeños cambios generan grandes resultados en energía y bienestar”, concluyó Andrews.
























