Estornudos continuos, picazón nasal y ocular, obstrucción y cansancio durante el día son algunas de las señales de esta afección respiratoria típica de esta época del año, que muchas veces pasa desapercibida en este grupo etario

Con el avance de la primavera y el aumento de la polinización de los árboles, la rinitis alérgica comienza a intensificarse, afectando no sólo a los adultos, sino también a la población infantil, donde hoy se estima que esta patología afecta entre el 20% y el 25% de los menores en nuestro país.

Según explicó el pediatra Alberto Vidal, broncopulmonar infantil de Clínica MEDS, “la rinitis alérgica aumenta a medida que el niño crece. Por ejemplo, alrededor de los tres años, cerca del 5% de los niños presenta rinitis alérgica; mientras que, en edad escolar —entre los seis y siete años—, esta cifra puede llegar al 8 o 9%. Y cuando son adolescentes, a los 13,14 años, pueden tener hasta un 14-15%”.

El especialista agregó que “la rinitis alérgica, por lo general, ocurre o inicia sus síntomas después de los dos años de vida. Y la mayoría de los niños que lo padecen tienen antecedentes familiares de otra enfermedad alérgica. Por ejemplo, tienen un padre o un hermano alérgico o tienen familiares con otra enfermedad alérgica como asma, dermatitis atópica o alergia alimentaria”.

El doctor Vidal explicó que la rinitis alérgica es una enfermedad hereditaria y crónica, y que sus causas varían según la genética de cada persona, “porque eso determina a qué uno esté sensibilizado o a qué alergeno uno responda. Y por lo mismo, va a depender del lugar donde uno viva. No es lo mismo si uno está sensibilizado a la humedad, probablemente va a tener más rinitis alérgica en zonas húmedas o costeras. Hay otros que tienen más sensibilización a zonas más secas, a la contaminación o a los árboles, pastos, malezas o arbustos”.

Respecto a los síntomas, indicó que “lo más clásico son las molestias locales nasales: picazón nasal, muchos estornudos seguidos, descarga o moco nasal hacia adelante o hacia la faringe, picazón del paladar, carraspera, tos, y a veces obstrucción nasal que no deja respirar bien”. También pueden aparecer “en zonas vecinas de la nariz, como picazón o lagrimeo en los ojos —lo que se conoce como rinoconjuntivitis alérgica— e incluso picazón o prurito de oído. Por dormir mal, los niños pueden presentar somnolencia, fatiga e irritabilidad al día siguiente”.

Sobre la confusión que suele existir esta patología con un resfrío común y la rinitis alérgica, el broncopulmonar infantil explicó que “los resfríos tienen una duración mucho menor. La rinitis alérgica generalmente dura una estación, se concentra en primavera, cuando hay más polen, aeroalérgenos o contaminación en el ambiente”,”.

Detalló que “los síntomas del resfrío son más severos: hay más congestión nasal y ocular, y durante esos 5 a 10 días suelen aparecer tos, dolor de garganta e incluso febrícula. La rinitis alérgica, en cambio, presenta síntomas más sutiles y leves, concentrados en la zona nasal y, a veces, en los ojos, pero nunca provoca tos posterior. Es muy raro que el paciente tenga tos, salvo por descarga posterior o un poco de tos nocturna”.

Sobre la importancia de un tratamiento adecuado, el facultativo de Clínica MEDS explicó que “lo principal es el manejo ambiental y la educación. Para eso, es importante realizar un test de alergia, que se puede hacer desde los tres años. Si el paciente tiene síntomas leves, se pueden usar antihistamínicos; y si no se controla, se pueden agregar corticoides inhalatorios, que son medicamentos probados y seguros para los niños”.

También, el profesional destacó la importancia de atender oportunamente esta patología: “Si uno trata la rinitis alérgica en un niño, va a dormir mucho mejor en la noche, va a estar menos somnoliento al día siguiente, va a poder aprender más en el colegio y tendrá menos problemas de rendimiento escolar. También se enfermará menos y faltará menos a clases”, señaló.

“Los niños que tienen al mismo tiempo asma y rinitis alérgica deben ser tratados cuidadosamente, porque está demostrado que cuando se controla bien la rinitis alérgica, el asma también se maneja mejor, hay menos consultas de urgencia y menos hospitalizaciones”, concluyó.

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Equipo Prensa
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