La migración es un fenómeno humano que se intensifica ante crisis políticas y decisiones gubernamentales. En este contexto, la militarización de la frontera por parte del gobierno peruano ha generado preocupación entre migrantes que intentan cruzar de manera irregular, exponiéndose a riesgos para su salud.

Estas personas enfrentan condiciones extremas: calor durante el día, frío nocturno, falta de alimentos, servicios higiénicos y espacios para pernoctar, incluso con niños en esta situación. Para responder, se requieren estrategias binacionales, coordinadas y con enfoque en salud pública, interculturalidad y derechos humanos.

Los servicios de salud en Arica y Tacna deben implementar una Cooperación Sanitaria Reforzada, que incluya: coordinación entre autoridades, vigilancia epidemiológica conjunta y protocolos binacionales para pesquisa, tratamiento y derivación de enfermedades prioritarias. Es clave mejorar infraestructura en puntos de control y contar con personal capacitado para emergencias y asistencia humanitaria.

El acceso a salud debe garantizarse para toda persona, sin importar su estatus migratorio, incluyendo atención de urgencia, vacunación y control de enfermedades transmisibles. Además, se requiere formación en atención culturalmente sensible y apoyo psicosocial, especialmente para niños y adolescentes que han vivido traumas. Estas medidas son urgentes, pues la crisis podría prolongarse o repetirse según las contingencias políticas.

Dra. Katiuska Reynaldos Grandón
Investigadora Instituto Investigación del Cuidado en Salud U. Andrés Bello

 

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