Aunque muchas veces se subestima, el examen de orina es una herramienta diagnóstica clave para detectar múltiples enfermedades, desde infecciones urinarias hasta patologías hepáticas o metabólicas. Así lo explica Alejandra Ponce, académica de Tecnología Médica de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, quien detalla la importancia de este análisis y lo que puede revelar sobre nuestra salud.
“Se pueden detectar una amplia variedad de patologías, desde infecciones del tracto urinario, síndromes nefróticos o nefríticos, hasta enfermedades de transmisión sexual como la presencia de clamidias”, señala la experta.
Además, el examen puede entregar pistas sobre enfermedades sistémicas como la diabetes o el daño hepático, especialmente cuando se complementa con otros análisis.
Color o el olor
El análisis comienza con una observación física de la muestra, lo que ya puede entregar señales importantes.
“Una orina de un paciente sano debe tener un color amarillo claro y ser traslúcida o transparente. Antiguamente también se olía la orina, ya que un olor frutal, por ejemplo, podría ser indicio de una cetoacidosis diabética”, explica Ponce.
La presencia de ciertos elementos en la orina puede ser un llamado de atención. “No es normal encontrar proteínas en la orina. Si aparecen, es señal de que la función renal podría estar dañada”, advierte la académica de la UNAB.
“Si se identifican cuerpos cetónicos o glucosa, podría tratarse de diabetes, lo cual debe confirmarse con un análisis de sangre”, agrega.
Infecciones y más
El examen de orina permite detectar infecciones urinarias en distintos niveles de gravedad, gracias a la identificación de bacterias y glóbulos blancos. “También se puede realizar un urocultivo, que permite confirmar la presencia de hongos o bacterias al cultivar la muestra en un medio específico”, detalla la tecnóloga médica.
Existen distintos tipos de análisis, siendo el más completo aquel que incluye evaluación física, química y microscópica.
“En la parte química se pueden identificar proteínas, cuerpos cetónicos, sangre, bilirrubina, entre otros. En la microscópica, se observan glóbulos rojos, blancos, bacterias y cálculos como los de oxalato de calcio”, explica.
Además, hay pruebas específicas para cuantificar analitos como creatinina, proteínas o glucosa, fundamentales para el seguimiento de enfermedades crónicas.
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Equipo Prensa
Portal Red Salud