Hablar es algo que hacemos todos los días, pero ¿alguna vez se ha preguntado si lo hace al volumen correcto? Puede parecer un detalle menor, pero el volumen con el que nos comunicamos puede marcar la diferencia entre conectar o desconectar con los demás.
Gonzalo Gallardo, director de la carrera de Fonoaudiología de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, entrega claves para encontrar ese “volumen ideal” que no solo mejora la comunicación, sino que también cuida la salud vocal.
¿Por qué algunas personas hablan más fuerte o más bajo? “El volumen con el que hablamos no es arbitrario. Responde a una interacción compleja entre factores fisiológicos, psicológicos, contextuales y culturales”, señala el fonoaudiólogo experto en voz.
Desde lo fisiológico, aspectos como la capacidad pulmonar, el control del aire y la salud de las cuerdas vocales son determinantes. Por ejemplo, personas con afecciones respiratorias o alteraciones laríngeas tienden a presentar una voz de baja intensidad.
Desde una perspectiva psicológica, la personalidad también juega un rol importante.
“Estudios han demostrado que las personas extrovertidas tienden a hablar con mayor volumen, mientras que los individuos más introvertidos suelen utilizar una voz más tenue, en parte por la inhibición social”, explica el especialista.
Volumen correcto
Gallardo entrega tres señales clave para identificar si el volumen que se está empleado necesita ajustes:
Observar las reacciones de los demás: “Si te piden constantemente que hables más fuerte o más bajo, es una señal clara de que algo se puede mejorar”, dice.
Grabarte y escuchase: “Es una herramienta poderosa. Muchas veces no somos conscientes de cómo nos escuchan los demás”, añade.
Consultar con un profesional: “Un fonoaudiólogo puede medir parámetros como la intensidad vocal. En una conversación estándar, lo ideal es estar entre 60 y 70 decibeles”, destaca.
¿Se puede entrenar el volumen?
Especialmente si se usa la voz como herramienta de trabajo —como docentes, locutores, actores o guías turísticos—, entrenar el volumen es fundamental. Gallardo recomienda algunas técnicas efectivas:
Fonación con tubos de resonancia: “Estos ejercicios mejoran la eficiencia vocal sin forzar la laringe. Son ideales para lograr una voz resonante y saludable”, explica el académico de la UNAB.
Terapia de voz resonante: “Permite proyectar la voz sin dañarla. Es una técnica muy usada en rehabilitación y prevención”, sostiene.
Control respiratorio y postura: “Una buena postura y el uso adecuado del aire son claves para una voz estable y sin esfuerzo”, dice.
Retroalimentación auditiva: “Grabar y comparar tu voz con modelos adecuados puede ayudarte a ajustar tu volumen según el contexto”, detalla.
“Hablar fuerte no es sinónimo de comunicar mejor. Tampoco lo es hablar bajo por cortesía. La verdadera habilidad está en adaptar la voz al entorno, al contenido y al interlocutor”, concluye Gallardo.
Síguenos Google Noticias
Equipo Prensa
Portal Red Salud