Como cada año, a principios de agosto se conmemora la Semana de la Lactancia Materna, momento donde se releva el compromiso de visibilizar y respaldar este acto de amor, salud y conexión entre madre e hijo. La lactancia no solo provee los nutrientes esenciales para el desarrollo del bebé, sino que también fortalece su sistema inmune y crea un lazo emocional que contribuye al bienestar de ambos.
Sin embargo, muchas madres siguen enfrentando dificultades que las obligan a interrumpir la lactancia antes de lo deseado: falta de información, escaso acompañamiento en la etapa inicial, presiones laborales y ausencia de espacios adecuados para amamantar o extraer leche. Esto no solo es una barrera individual, sino también un tema de salud pública que requiere atención urgente.
Esta semana es una oportunidad para reconocer que cada experiencia de lactancia es única. No todas las mujeres tienen las mismas condiciones, y por eso es fundamental instalar el tema con empatía y respeto, promoviendo redes de apoyo, acceso a consejería de lactancia y la implementación de políticas laborales que permitan compatibilizar trabajo y crianza de manera real.
El llamado es, entonces, a avanzar en la creación de entornos más amigables para las madres lactantes en Chile y el mundo, para que este acto de cuidado pueda ser ejercido de forma informada, libre y sostenida en el tiempo. Apoyar la lactancia materna es una inversión en la salud presente y futura de nuestras comunidades.
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Equipo Prensa
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