Por Pamela Schwerter, gerente general del Grupo Ahona
En Chile, más de 14.700 personas esperan una cirugía cardiovascular en el sistema público, según el Informe Glosa 06 del Ministerio de Salud (2025). Esta cifra, que se suma a un total de 390.229 intervenciones pendientes a diciembre de 2024, no solo refleja la magnitud del problema sanitario, sino también la urgencia de repensar la logística que sostiene nuestro sistema de salud.
El mismo documento revela que la mediana de espera quirúrgica aumentó de 289 días en 2023 a 294 días en 2024, lo que significa que miles de pacientes deben aguardar cerca de 10 meses para acceder a una operación. Es más, en el primer trimestre de 2025 se suspendieron 7.791 cirugías, y un 85 % de esas suspensiones se debió a errores administrativos, falta de infraestructura, equipo quirúrgico insuficiente o fallas en unidades de apoyo clínico y logístico.
Estos datos son reveladores, por cuanto el desafío de la salud pública no solo está en la falta de especialistas, sino también en cómo gestionamos recursos, tiempos, insumos y procesos. Una cirugía cardíaca no depende únicamente del talento médico, ya que también requiere de una cadena logística impecable. Desde la disponibilidad de un quirófano, de instrumentos y su esterilización, el traslado oportuno de dispositivos médicos y la coordinación de equipos, hasta la planificación de camas críticas en unidades de recuperación.
Cuando esa cadena se rompe, la consecuencia inmediata es la suspensión o el retraso de operaciones, con todo el impacto humano que eso conlleva; desde pacientes que siguen esperando, hasta familias que viven en incertidumbre y sistemas que se tensionan aún más.
En el Mes del Corazón, debemos ampliar la mirada. Hablar de prevención y estilos de vida saludables es fundamental, pero también lo es abordar la logística como un factor crítico de salud. Incorporar sistemas de trazabilidad de insumos, plataformas digitales de gestión hospitalaria, y soluciones de planificación apoyadas en inteligencia de datos puede marcar la diferencia entre operar a tiempo o seguir engrosando las listas de espera.
Las más de 14.700 personas que esperan una cirugía cardiovascular no son números: son historias, familias y vidas en pausa. Para reducir esa espera, debemos reconocer que la logística no es un asunto administrativo secundario, sino el latido invisible que sostiene a nuestro sistema de salud.
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Equipo Prensa
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