Las autoridades de salud han manifestado preocupación por el alto número de contagios de coqueluche, o tos convulsiva, en Chile. Según el último informe epidemiológico, este año se han confirmado 394 casos, cifra que supera los índices prepandémicos de 342.
Los más afectados son los niños de 1 a 4 años con un 32%, seguidos de los de 5 a 9 (27%) y los menores de 1 año (9%).
Ante el aumento del coqueluche en la región, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Ministerio de Salud (Minsal) -en el caso de Chile- emitieron una alerta por aumento de brotes, haciendo énfasis en la necesidad de reforzar la vigilancia activa de la infección.
¿Qué es el coqueluche y cuáles son los síntomas?
El coqueluche es una enfermedad infecciona que se produce por la infección de una bacteria que llamada Bordetella pertussis, la cual es altamente transmisible a través de las gotitas que salen cuando una persona tose, estornuda o habla.
También es conocida como tos convulsiva o ferina, y es capaz de producir cuadros muy severos y graves en niños, especialmente en lactantes, pudiendo llegar a provocar apnea o la muerte, explica el infectólogo y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes (UANDES), César Bustos.
¿Cómo prevenir?
Esta enfermedad es prevenible gracias a que existen vacunas, las cuales en Chile son gratuitas, gracias a que forman parte del Programa Nacional de Inmunizaciones del Ministerio de Salud. Esto con el fin de que todos los bebés puedan recibir la dosis desde el primer momento de vida, indica el experto.
No obstante, precisa que los adultos también pueden verse afectados por la infección. “Sobre todo porque a medida que vamos creciendo la inmunidad que nos dieron las vacunas que recibimos cuando éramos niños va disminuyendo, entonces muchas veces es necesario recibir un refuerzo de vacuna en adulto, sobre todo cuando hay exposición a niños que tienen la infección”, agrega.
Diagnóstico y tratamiento
El doctor Bustos explica que esta enfermedad se diagnostica mediante una prueba de biología molecular que se le realiza al paciente, en donde se busca el ADN de la Bordetella pertussis, sobre todo en secreciones faríngeas.
“También se puede diagnosticar con otros métodos como el cultivo, pero esto es cada vez más infrecuente, y se diagnostica sobre todo a través de técnicas de biología molecular con un hisopado nasofaríngeo tanto en adultos como en niños”, añade.
Finalmente, el experto menciona que, una vez hecho el diagnóstico, el tratamiento por coqueluche se lleva a cabo mediante antibióticos que cubren y erradican la bordetella de la persona infectada.