¿Es mejor clorar el agua o hervirla?

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¿Es mejor clorar el agua o hervirla?
  • Experta en inocuidad alimentaria de la UNAB entrega recomendaciones para enfrentar un corte de suministro, como el que experimentarán varias comunas de la capital.

La interrupción programada del suministro de agua potable por 36 horas en la Región Metropolitana, si bien existe un plan de contingencia desde los municipios, obliga a tomar algunas precauciones a tener en cuenta al momento de abastecerse. La académica Natalia Sánchez, especialista en inocuidad alimentaria de la Universidad Andrés Bello (UNAB), explica, que el agua puede conservarse en condiciones adecuadas entre tres y cinco días, pero que dependiendo de su origen y condiciones de almacenamiento requerirá medidas adicionales.

Agrega que el agua comercial en bidones sellados mantiene su potabilidad hasta la fecha de vencimiento indicada, por lo tanto, se puede consumir directamente sin problemas. Sin embargo, cuando reutilicen envases con agua de la llave, el procedimiento debe ser meticuloso. «Lo ideal es hacer varios enjuagues con la misma agua de la llave, después llenarlo y cerrarlo y dejarlo c en un lugar que no tenga luz del sol», señala Sánchez. Este cuidado es fundamental para evitar la proliferación de algas en recipientes que no están correctamente sanitizados o sellados.

La calidad del agua almacenada, insiste, depende en gran medida de la limpieza previa del contenedor, y advierte sobre el riesgo de utilizar bidones que anteriormente hayan contenido detergentes o productos químicos, ya que los residuos son extremadamente difíciles de eliminar. “No se debe utilizar bidones de origen desconocido, que no sabemos qué contuvieron o recipientes de productos químicos”, resume.

Para aquellos casos en que el almacenamiento se prolongue más de 24 horas, o cuando el origen del agua sea un pozo, la académica recomienda medidas de purificación adicionales. El cloro se erige como una herramienta eficaz, aunque de aplicación precisa. «A un litro de agua le puedes poner un par de gotas de cloro, porque esta agua ya viene clorada. Si hay disponibilidad de agua de pozo, sí o sí tiene que clorarse». La dosis indicada es de una a dos gotas por litro para agua de red, y una cucharadita de té por litro para agua de pozo, especialmente si presenta turbiedad.

Sin embargo, el método más seguro y preferible, según la especialista, sigue siendo hervirla. «Es por lejos es mucho mejor que aplicarle un químico porque uno en su casa muchas veces no tienes dosificador». Al alcanzar los 100 grados Celsius durante varios minutos, elimina por completo los patógenos bacterianos.

El cloro, por lo tanto, se presenta como una solución de segunda línea, efectiva en situaciones donde no es posible acceder a una fuente de calor para hervir. «Si se llegara a cortar la luz y el agua, por ejemplo, lo que hay que hacer ahí es ponerle el cloro, pero el cloro es la segunda medida porque la primera es hervir el agua», concluye Sánchez, enfatizando que en casos como el que vivirán varias comunas de la Región Metropolitana es mejor prioriza la seguridad sobre la conveniencia.

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Equipo Prensa
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