- El dolor es, sin duda, una experiencia sensorial desagradable que puede estar asociada tanto a un daño de los tejidos (tisular) como a un riesgo potencial de lesión.
Sin embargo, muchos pacientes experimentan dolor sin presentar un daño específico que explique sus síntomas, ya que factores como el estrés, problemas emocionales y malos hábitos, pueden influir significativamente en la percepción que se tenga.
Es por lo anterior, que el dolor debe abordarse desde una perspectiva integral, combinando diversas especialidades de la kinesiología, como la osteopatía, para tratar no sólo las causas físicas de este, sino también los factores asociados.
En este sentido, los esfuerzos deben estar puestos en corregir patrones anormales de movimiento mediante técnicas avanzadas de masoterapia, movilización y flexibilización articular, así como ejercicios físicos. Estas intervenciones tienen como objetivo normalizar los factores que contribuyen al dolor, logrando una notable disminución de los síntomas.
Dentro de las patologías más comunes se encuentran los problemas de columna, como lumbago y dolor cervical, así como las lesiones de extremidades, especialmente en rodillas y hombros.
Entre las afecciones más frecuentes destacan las hernias, discopatías, artrosis, y en las extremidades, problemas con la rótula, tendinopatías y meniscopatías. En el caso del hombro, el síndrome del manguito rotador es una de las dolencias más habituales.
En adolescentes, se observan principalmente lumbagos mecánicos y traumas derivados de malas posturas o golpes. A diferencia de las personas adultas, quienes presentan patologías crónicas y/o degenerativas como artrosis, hernias y tendinopatías, por nombrar algunas, a partir de la cuarta década de vida, los jóvenes suelen padecer dolor debido a contracturas y traumas menores.
Asimismo, es común que los pacientes lleguen a la clínica sin un mecanismo claro de lesión, pero con dolor, influenciado por factores como el sedentarismo, la mala postura y la desalineación de las extremidades.
A nivel de tratamientos kinesiológicos, estos comprenden tres pilares fundamentales como son los agentes físicos (corriente y calor), técnicas de movilización articular y ejercicio terapéutico.
Cada uno de ellos está diseñado para mejorar la movilidad, disminuir el dolor y restablecer la función del paciente. La duración de cada tratamiento varía según la dolencia, siendo común un promedio de 10 sesiones, aunque en casos de dolor lumbar agudo, en tres a cinco sesiones se logra una mejoría significativa.
Respecto de los consejos para manejar el dolor, podemos mencionar los siguientes: Dolor Lumbar, mantener una vida activa y realizar ejercicios que mejoren la movilidad de las caderas, ya que la falta de movilidad en esta zona está asociada a dolores lumbares; Rodillas, fortalecer las rodillas mediante ejercicios como sentadillas; y Hombros, ejercitar la flexibilidad de la columna dorsal y reforzar la musculatura escapular.