Este mes de noviembre se celebra el Día de la Niñez y debemos recordar que el cuidado es un derecho humano fundamental, es mucho más que un acto familiar o un deber moral. Los cuidados no solo cubren necesidades básicas de alimentación o salud, sino también el desarrollo emocional, social y educativo de la niñez. Además, el derecho a pasar tiempo de calidad con nuestros hijos e hijas no puede ser limitado.

Cuando las familias no pueden asegurar estos cuidados, corresponde al Estado garantizar un sistema inclusivo, accesible y de calidad, que considere políticas públicas sólidas y reconozca la diversidad de situaciones y contextos de vulnerabilidad.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (IDH) también advierte que las desigualdades estructurales —como el género, la pobreza, la discriminación étnica o la discapacidad— afectan tanto a quienes brindan cuidado como a quienes lo reciben. Las mujeres y niñas, en particular, suelen asumir de manera desproporcionada la carga del cuidado, mientras que muchos niños y niñas crecen en situaciones de cuidado insuficiente o precario, lo que puede limitar sus oportunidades de desarrollo y participación plena en la sociedad.

En Chile, la discusión sobre un Sistema Nacional de Cuidados sigue siendo incipiente. Pero, la Corte IDH ofrece un marco normativo claro: los cuidados deben ser un derecho garantizado, y el Estado tiene la responsabilidad de estructurar políticas que promuevan igualdad, bienestar y desarrollo integral.

Liliana Ronconi
Profesora Titular Facultad de Derecho UST, Valdivia
Embajadora Proyecto InES Género UST
Miembro del Núcleo del Magister en Derecho Público UST.

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