El pasado 26 de marzo se conmemoró el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, cuya fecha busca concientizar a la población sobre la importancia de incentivar su prevención desde temprana edad. Para la Organización Mundial de la Salud, se trata de una enfermedad que es posible erradicar.
El cáncer cervicouterino o de cuello uterino es uno de los cánceres de mayor prevalencia y mortalidad en las mujeres chilenas y del mundo, cuya principal causa es provocada por el Virus Papiloma Humano (VPH). Si bien esta es una enfermedad que se puede prevenir casi en su totalidad si se pesquisa a tiempo, en nuestro país se estima que 600 mujeres al año pierden la vida por esta causa, lo que equivale al deceso de dos personas al día.
Según explicó el doctor Sebastián Ramírez, ginecólogo y oncólogo de Clínica MEDS, “es una de los pocas enfermedades oncológicas producidas por un virus, que es el factor de riesgo más importante. Este virus se asocia a algunos elementos que pueden potenciar la acción de éste, por ejemplo, el tabaco o temas relacionados con la inmunidad de las defensas”.
Una de las principales herramientas de diagnóstico del cáncer cervicouterino es el Papanicolaou (PAP), capaz de detectar alteraciones morfológicas en las células —provocadas por una infección viral— antes de que lleguen a convertirse en un cáncer.
“El PAP es un examen fácil de hacer, es barato y consta en tomar una muestra del cuello uterino a través del examen ginecológico. La recomendación ministerial dice que se debe hacer a los 25 años, pero estudios internacionales muestran que lo aconsejable es a partir de los 20 años, ya habiendo iniciado actividad sexual dos años antes. El cáncer de cuello uterino es de los pocos cánceres que podemos llegar varios años antes de que aparezca, y esa es la gracia de hacer el PAP, para que se llegue a identificar una lesión que es tratable y curativa en la gran mayoría de los casos”, aseguró el facultativo.
En relación a los síntomas de este tipo de cáncer, el doctor Ramírez aseguró que “hay que estar alertas al sangrado, principalmente a las molestias que se originan en la actividad sexual. Ahí podríamos enfrentarnos a un cáncer de cuello uterino en etapas que pueden ser precoces o en etapas que pueden ser avanzadas”.
Respecto a las terapias existentes, el ginecólogo y oncólogo de Clínica MEDS aseguró que “los tratamientos del cáncer son bien diversos porque lo habitual es que la detección sea en etapas precoces al cáncer como tal, pero cuando ya estamos frente a un cáncer, no es raro que los pacientes tengan que ir a una cirugía oncológica, que se llama histerectomía radical, y que uno tiene que sacar el útero, el tejido que lo rodea, y además de algunos ganglios de la pelvis”
“En los casos de precáncer y primeras etapas de cáncer, habitualmente los tratamientos son exitosos. Cuando las pacientes llegan más avanzadas, van a tratamientos con intención curativa, aunque con menos éxito que aquellas pesquisadas precozmente. Es importante consultar a tiempo, con el ginecólogo en forma regular e idealmente una vez al año”, agregó.
En este sentido, el especialista destacó que la prevención y detección precoz son fundamentales para enfrentar este tipo de tumores “En general se sabe poco sobre el cáncer cervicouterino, pero es necesario recalcar que esta es una enfermedad prevenible, por lo que debemos mejorar la educación e información en torno a la importancia de la vacuna del VPH; del PAP, que es desde los 20 años habiendo iniciado actividad sexual dos años antes, y del test de VPH, que se debe realizar después de los 30”, puntualizó.
Equipo Prensa Portal Red Salud