Los polinucleótidos contienen propiedades regenerativas y antioxidantes que -cuando se inyectan en la piel-, ayudan a estimular la producción de colágeno, mejorar la elasticidad y reparar el daño celular causado por factores como el envejecimiento, la exposición al sol y la contaminación.
Combatir los signos del envejecimiento y mejorar la salud de la piel es un deseo permanente para miles de personas en todo el mundo y hoy, la medicina estética cuenta con nuevas herramientas para alcanzarlo. La revolución más reciente son los polinucleótidos, una propuesta innovadora con resultados que trascienden lo cosmético y se adentran en una verdadera reparación de los tejidos.
«Estamos presenciando un cambio de paradigma. Los polinucleótidos no se limitan a rellenar o tensar la piel superficialmente, sino que activan los mecanismos naturales de reparación celular propios del organismo para la regeneración de las células», explica la Dra. Pamela Saavedra, jefa del área de medicina estética regenerativa de Clínica Terré, recinto que ofrece este tratamiento en el país y que cuenta con más de 30 años de experiencia.
¿Qué son los polinucleótidos?
Son componentes fundamentales del ADN que, cuando se aplican en medicina estética, actúan como potentes estimuladores de la reparación celular. Provienen de fuentes externas, como el ADN de salmón o de otras especies marinas. Estos fragmentos son altamente purificados para su uso médico y estético, y se utilizan por sus propiedades regenerativas, antiinflamatorias e hidratantes.
Su mecanismo de acción se basa en promover la síntesis de tres sustancias esenciales para la salud y juventud de la piel: ácido hialurónico, colágeno y elastina.
«Lo revolucionario de este tratamiento es que trabajamos con los mismos componentes que utiliza nuestro cuerpo para repararse y potenciamos los procesos naturales de regeneración que van disminuyendo con la edad», detalla la experta.
Este aspecto marca una diferencia sustancial con las opciones tradicionales, ya que mientras otros procedimientos actúan como «parches» temporales, los polinucleótidos generan cambios estructurales duraderos en la arquitectura celular de la piel.
Otro factor que destaca el especialista es el enfoque personalizado que se da a los pacientes. “Cada piel es diferente, por lo que previamente analizamos sus características y en caso de elegir los polinucleótidos, monitoreamos los resultados de manera constante, cuidando en todo momento el bienestar de las personas”, agrega.
Beneficios que van más allá de lo estético
En simple, el impacto de los polinucleótidos estimula la producción de colágeno, mejora la elasticidad y la firmeza de la piel. El ácido hialurónico proporciona hidratación profunda y volumen natural, mientras que la elastina devuelve la capacidad de la piel para recuperar su forma original después de la tensión.
«Los pacientes reportan no solo una mejora visible, sino una sensación diferente en su piel», comenta la Dra. Saavedra. «La notan más suave, más hidratada, con una textura que refleja salud desde el interior». La experta agrega que los resultados son progresivos y naturales. “A diferencia de intervenciones más invasivas, los polinucleótidos permiten una transición gradual hacia una apariencia rejuvenecida, evitando el efecto artificial que preocupa a muchas personas”.
Cabe destacar que la incorporación de polinucleótidos en medicina estética forma parte de una tendencia más amplia hacia tratamientos regenerativos personalizados que son parte de la oferta de Clínica Terré, líder en medicina estética y capilar con más de 30 años de trayectoria y especialización en el rubro.
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