Santiago, Abril 2019.- La unidad de cuidados intensivos, es el área donde llegan los pacientes con mayor riesgo vital, por lo cual los protocolos de cuidado, son los más exigentes y rigurosos en un hospital. Es sabido, que el riesgo primordial en un paciente hospitalizado no está determinado por una estadía prolongada, sino por la falta de movilidad.
La inmovilidad conlleva una serie de riesgos en el paciente, tales como formación de úlceras por presión, neumonía por ventilación mecánica, entre otras. Es por esto que es fundamental que el paciente pueda comenzar a movilizarse con la ayuda de los clínicos, lo más rápido posible con el fin disminuir estos riesgos.
Según explica el Dr. Sebastián Ugarte, Jefe del Control de Paciente Crítico de Clínica Indisa, “contar con tecnología que ayude en la movilidad oportuna de los pacientes, facilita la vida de todos, tanto en la recuperación, como en el manejo seguro por parte del personal clínico a cargo del paciente. Es muy importante que un paciente que está en la unidad crítica, no quede inmóvil en cama por tiempo prolongado, la idea es que comience a moverse apenas esté en condiciones de hacerlo”.
Las consecuencias que conlleva la inmovilidad en los pacientes críticos, sin los protocolos ni la tecnología adecuada, pueden derivar rápidamente en formación de úlceras por presión, neumonía asociada a ventilación mecánica (NAV), pérdida de masa muscular y una serie de cargas que se suman a la enfermedad, que además aumentan el tiempo de estadía del paciente.
En este sentido, en la unidad de pacientes críticos hay que ocuparse de todo, incluso de los más ínfimos detalles, que son claves para una oportuna recuperación. Hoy en día, con el equipamiento adecuado, con tan solo apretar un comando, se puede situar al paciente en la posición ideal para su condición, o reposicionarlo para auxiliarlo con la respiración, evitando además la aparición de úlceras por presión. No solo se facilita la recuperación del paciente, sino que también se optimiza la labor del personal clínico.
Como explica el Dr. Ugarte, la movilización oportuna no sólo es importante para una rápida y mejor recuperación de un paciente hospitalizado, sino que también humaniza la terapia, “una persona postrada en una cama, no es sólo un bulto que no se puede mover, se trata de un ser humano, por lo que hay que preocuparse no solo de curar la enfermedad de forma exitosa, también hay que asegurarse de cuidar el aspecto humano del paciente, para que salga dado de alta, en las mejores condiciones para retomar su vida de forma normal, en el mejor estado físico y anímico que se pueda, garantizando autovalencia para desenvolverse en la rutina diaria, sin dejar de lado la calidad de vida”.
Asimismo, el hecho de que un paciente comience con la movilidad de manera temprana, acelera su recuperación y por ende el alta del paciente, lo que contribuye además a disminuir el serio problema que aqueja a la gran mayoría de los hospitales del país, y que está relacionado con la falta de camas disponibles para pacientes que esperan ser hospitalizados.
Según un estudio realizado por El Mercurio en Diciembre del 2018 (http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=532540), sólo uno de cada tres hospitales de alta complejidad cumple con el rango óptimo de ocupación de camas planteado por el ministro de Salud, es decir, lo óptimo es que cada recinto debería tener entre 80% y 85% de sus camas ocupadas para poder dar atención oportuna a los pacientes y no un 103% como se ha dado en algunos recintos públicos del país.
De esta forma queda en evidencia la importancia de que las instituciones hospitalarias cuenten con la tecnología y equipamiento adecuados para ayudar a la pronta recuperación de pacientes críticos.
Más información en: www.arquimed.cl
María Soledad Romero Magallanes
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Equipo Prensa Portal Red Salud