Este 1 de diciembre conmemoraremos un nuevo Día Mundial del SIDA. En Chile, y de acuerdo al último reporte de ONUSIDA, 71 mil personas viven con VIH y aunque aún existen muchas sin ser diagnosticadas –debiendo ser un tema prioritario de salud pública-, más de 45 mil reciben tratamiento con antirretrovirales.
Este grupo, esencial para el control de la propagación de la enfermedad, debe tener ciertas consideraciones puesto su tratamiento farmacológico debe prolongarse a lo largo de los años. No obstante, puede verse afectado directamente por la interacción que otras sustancias pueden generar.
Para Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada, “las interacciones medicamentosas pueden referirse a aquellas que se producen entre fármacos y otras de fármacos con alimentos, por ejemplo. La importancia de esto, sobre todo en pacientes con tratamientos prolongados o crónicos, como los portadores de VIH, es que los efectos de estas interacciones pueden generar una disminución en la eficacia de los fármacos, un incremento en su acción o causar efectos adversos. En este tipo de pacientes, cualquiera de estas alternativas podría presentarse como un grave peligro para su bienestar”.
“El tratamiento con antirretrovirales, ocupado por personas con VIH, ayuda a que las personas portadoras del virus tengan una expectativa de vida más larga y sana, además de reducir el riesgo de contagio. En este sentido, este tratamiento puede verse afectado, principalmente, por interacciones con otros medicamentos, haciéndose fundamental un buen seguimiento clínico e información clara hacia los pacientes”, indica la farmacéutica.
Por ejemplo, los anticonceptivos hormonales o fármacos para tratar afecciones renales o hepáticas pueden afectar la absorción de los antirretrovirales, pudiendo significar un avance del virus si la dosis recomendada no considera este tipo de circunstancias.
“Por último, aunque menos frecuente, también pueden darse las interacciones con algunos alimentos, afectando la absorción de los antirretrovirales o incrementar o reducir su concentración en la sangre. Nuevamente, la forma de ingerir un medicamento siempre debe ser consultada o controlada por un especialista. Algunos deben tomarse en ayunas, otros después de ingerir algún tipo de alimento u otras indicaciones, pero siempre con agua”, enfatiza Molina.
Por tanto, igual de importante que los programas de educación y concientización para evitar el aumento de los contagios –considerando que de acuerdo a ONUSIDA Chile tuvo uno explosivo en la última década-, es el manejo en la terapia farmacológica de estos pacientes. Acá, hasta la ingesta de una aspirina podría conllevar un riesgo para el bienestar de un portador.
Betsabé Flores Merino
Periodista Farmacias Ahumada
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