La telemedicina, avanzando en la incorporación definitiva en nuestros sistemas de salud (II)

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Dr. Mauricio Bonilla Sanchez
Dr. Mauricio Bonilla Sanchez

La telemedicina, avanzando en la incorporación definitiva en nuestros sistemas de salud (II)

Dr Mauricio Bonilla Sanchez
@BonillaSM

 

En el anterior artículo establecía un corolario de perspectivas para la telemedicina que incluían:

  1. Seguridad clínica (seguridad del paciente), y ciberseguridad.
  2. Énfasis en la experiencia al paciente y del profesional.
  3. Integración e interoperabilidad.
  4. Inteligencia artificial, IOT, apoyo en la toma de decisiones.
  5. Integración formal con el sistema de salud.
  6. Formación a profesionales y pacientes para disminuir o gestionar la brecha digital
  7. Liderazgo y promoción institucional.

 

Con el objetivo de generar orden y sistematicidad, los conceptos de Gestión Clínica y sus 3 niveles resultan muy útiles:

 

  1. Gestión de la asistencia individual: la elección de una determinada indicación.
  2. Gestión de los procesos asistenciales: efectividad clínica y mejora de los procesos asistenciales y administrativos.
  3. Gestión de la utilización de los recursos: eficiencia.

 

El primero, la gestión de la asistencia individual, es el aspecto más importante de la gestión clínica, se construye sobre el concepto de eficacia, es decir, la elección de la mejor alternativa frente a un paciente determinado, aunque se utiliza en entornos clínicos como las elecciones terapéuticas, puede también tener otras abstracciones, en este sentido, la telemedicina, desde mi punto de vista, podría ser primera elección para el primer contacto, por ejemplo, en la atención primaria podríamos  gestionar el primer contacto para determinar el plan terapéutico, orientar o derivar  en dado caso, educar y en general organizar el viaje del paciente en el sistema a través de telemedicina, claro, esto implica necesariamente el reconocimiento formal en el sistema de salud de la telemedicina.

 

 
https://www.uromed.cl/telemedicina-en-urologia/

 

Ahora, si lo abordamos desde las especialidades, la telemedicina también puede considerarse una opción como vía para  primera consulta, por ejemplo para dermatología o psiquiatría, el informe SEIS de 2019 de la Sociedad Española de Informática establecía las especialidades con proyectos que encabezaban, en ese momento, los proyectos de telemedicina en España, la teledermatología, el teleictus, la teleoftalmología y la telepsiquiatría, lideraban el ranking, sin embargo la sindemia  del COVID 19, como hemos precisado ampliamente, aceleró toda la  implementación, con lo que tendremos mucha evidencia y desarrollo de recursos producto de la experiencia alcanzada, en este mismo sentido, creo que tenemos mucho más consenso en la utilidad de la telemedicina cuando se trata de control de exámenes o analíticas y muchas más dudas frente a su utilidad en primeras consultas de varias especialidades, sin embargo, reitero mi opinión respecto de pensar su uso para diseñar el abordaje terapéutico, solicitar pruebas, educar, plantear los abordajes integrales, que tanto hacen falta en la fragmentación que experimentamos; otra gran utilidad es la segunda opinión, instaurado con mayor o menor fuerza dependiendo del sistema, la telemedicina es sin duda la mejor opción para esta atención, esto desde la lógica ambulatoria, pero en lo hospitalario, tenemos casos de éxito en interconsultas virtuales y seguimiento post alta hospitalaria, y la larga tradición en imagenología y apoyo diagnostico

 

Las otras variables a considerar, desde la eficacia (la mejor opción para el paciente), es cuando los pacientes tienen condiciones que dificultan su acceso, por ejemplo, dificultad para movilizarse, viven en zonas alejadas o aisladas, o incluso sin estarlo, no existe la oferta médica suficiente, todos ellos encuentran en la telemedicina la respuesta para poder acceder; para mucho detractores el solo contar con una interfaz visual y auditiva  y no tener la posibilidad de hacer una exploración física detallada, es la gran limitación, por ello pensar en una telemedicina que integre dispositivos médicos para mejorar las herramientas diagnósticas es sin duda el futuro inmediato, por supuesto no digo que el examen físico pueda ser reemplazado por un dispositivo, pero existen mejoras que podemos aplicar; en conclusión para muchos pacientes la  mejor alternativa será la telemedicina de acuerdo a las condiciones particulares que tenga, pero de nuevo, se requiere un sistema que la adopte y formalice, pacientes disponibles y preparados y profesionales también preparados y disponibles, un enorme  desafío, pero posible, por ello vuelve a ser fundamental el liderazgo institucional para la validación social objetiva.

 

En el segundo nivel, la gestión de procesos, la telemedicina exige un rediseño de los mismos, en sistemas muy transaccionales, por ejemplo, donde debe validarse el derecho a beneficios de acuerdo al plan de salud o al tipo de seguro, debemos incluir la mejora de los procesos administrativos, por ejemplo, para la identificación del paciente y del profesional, agregando elementos de seguridad del paciente en este análisis; una posible manera de analizarlo es, de nuevo, identificando el viaje del paciente y sus diversos momentos del proceso: validación del paciente, agendamiento, momento de la consulta (incluido el proceso diagnóstico), la emisión de recetas, órdenes, interconsultas, derivaciones, y finalmente los mecanismos de control y seguimiento. La identificación de cada actividad en dichos procesos, permite a su vez identificar la mejora, creo que un posible error que cometemos es pensar que los procesos presenciales son homologables a la telemedicina y desde mi punto de vista, son diferentes; en este nivel, de nuevo, incluimos la formación de profesionales, las guías de práctica clínica con perspectiva hacia la telemedicina (cómo proceso). En esta misma lógica, los sistemas de acreditación vigentes o futuros (seguramente en poco tiempo tendremos una oferta de sellos de calidad o certificaciones) como la ISO 20510 sobre la calidad técnica de software, fomentan el mapeo y formalización de procesos.

 

En el tercer nivel, la gestión de la utilización de los recursos, existe mucho más consenso, entendemos que la telemedicina impacta favorablemente en los costos, en un primer análisis existe un ahorro en términos de infraestructura, cómo favorece automatización de acciones administrativas, o los costos de desplazamiento, del paciente y del profesional, optimiza en general los tiempos, pero siguiendo el planteamiento elaborado en el primer nivel, también impacta en los costos del sistema, facilitando la integración, aumentando la productividad del mismo sistema, reduciendo el costo y número de las consultas presenciales innecesarias, sin embargo creo que es un tema que merece una ampliación posteriormente.

 

La mirada que ofrece la gestión clínica en la telemedicina, permite analizar sus retos y perspectivas, nos brinda estructura e incluso permite diseñar rutas completas de implementación; en próximas entregas intentaré realizar un acercamiento a los avances en la formalización, tema medular, porque cómo insisto, se necesita el liderazgo institucional que viene precedido de  la incorporación, con bases legales y estructurales.

 

Dr Mauricio Bonilla Sanchez
Twitter @BonillaSM

 

 
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