Ansiedad, problemas de memoria y de concentración: Otro efecto de la pandemia
Hoy la preocupación ya no es solo evitar el contagio de Covid-19, sino dar seguimiento a las personas que sufrieron la enfermedad y a aquellos que, si bien no han enfrentado al virus, han visto afectada su salud mental y física producto de las largas cuarentenas y cambio de hábitos en el diario vivir. Actualmente, según diversos estudios, un 10% de quienes han padecido la infección, sigue presentando síntomas por más tiempo, lo que es también conocido como el “Covid-19 prolongado”, que puede incluir síntomas como fatiga, dolor de cabeza, dificultades respiratorias, mialgias (dolores musculares), en otros.
Según planteó recientemente Alberto García-Molina, Ph.D. neuropsicólogo clínico del Instituto Guttmann, Hospital de Neurorehabilitación en España, “las alteraciones cognitivas y emocionales que algunas personas con Covid-19 prolongado presentan condicionan su capacidad para afrontar con éxito las demandas del entorno, ya sea a nivel familiar, social o laboral”. Sin embargo, quienes no han padecido de la enfermedad, también muestran síntomas similares que afectan directamente a su salud mental y física a la hora de enfrentar su vida cotidiana.
Ante esto, el neurólogo de Clínica Somno, Álvaro Vidal, explica que “producto de los confinamientos y las limitaciones para realizar la vida que llevábamos antes, las personas han reflejado síntomas generalizados que afectan su capacidad para dormir saludablemente. Esto está directamente relacionado con nuestros procesos de almacenamiento de memoria y regeneración de nuestro cuerpo lo que hoy genera efectos de mayor ansiedad ante el entorno, problemas cognitivos, déficit atencional y claramente trastornos como el insomio y falta de conciliación de sueño”.
Sin embargo, hoy existen técnicas de neurorehabilitación que podría ayudar a los pacientes sintomáticos y que consiste en mejorar los patrones cerebrales por medio de un proceso integral que combina un plan de entrenamiento cerebral y el trabajo en conjunto con neurólogos y psicólogos. “Este tratamiento se llama neurofeedback y es como llevar al cerebro a un gimnasio, donde una vez diagnosticado el paciente, se comienza un entrenamiento gradual para que logre un óptimo desempeño neuronal. Cualquier persona que busque una mejora personal puede beneficiarse de esta técnica, e incluso, funciona como un excelente apoyo para tratar trastornos del ánimo, trastorno del espectro autista, crisis de pánico, déficit atencional, insomnio, entre otras enfermedades”, explica el especialista de Clínica Somno.
Pero ¿cómo funciona el neurofeedback? A través de un software especializado, se registra la actividad eléctrica de la corteza cerebral que es proyectada a través de una pantalla. Durante el proceso, el paciente comienza su entrenamiento de aprendizaje con una retroalimentación auditiva y visual, a través de un juego o una película, lo que permite ir viendo el comportamiento de las ondas cerebrales que se están trabajando (Delta, Theta, Alfa y Beta).
Se trata de una alternativa interesante al ser un camino no farmacológico para tratar patologías y síntomas que tradicionalmente son tratados con medicación, como podría ser el caso de quienes padecen “Covid-19 prolongado”. Además, para quienes sufren de los efectos de la pandemia a nivel mental, no necesariamente habiendo padecido Covid-19, el neurofeedback puede ayudar a evitar el consumo de remedios o disminuir las dosis cuando ya se consumen.
Equipo Prensa Portal Red Salud