La vida diaria se retoma, pero el coronavirus es como un invitado que sigue alargando su visita. Expertos comentan por qué es importante continuar realizando pruebas.
Tras la generalización de las vacunas contra el COVID-19, existe la tendencia de pensar que ya no es tan necesario hacerse testeos como lo era el año pasado. Los profesionales de la salud y los expertos en enfermedades infecciosas recuerdan a las personas que todo el progreso que se ha logrado en la batalla contra el virus podría revertirse muy rápidamente si se dejan de lado los testeos.
“El virus va a seguir con nosotros por un buen tiempo, y con la capacidad de producir variantes. Lo mismo pasa con los testeos. Por el momento, estar vacunado no es garantía de no contagiarse con alguna de las nuevas variantes del virus, y por eso toda nueva forma de testeo, ya sea de antígeno o molecular, es esencial», dice al respecto la doctora Cecilia Tapia, experta en diagnóstico molecular y Coordinadora de Enlace de laboratorio en Clínica Dávila.
Por su parte, el doctor Oscar Guerra, Director Médico regional del negocio de Diagnóstico de Abbott nos enumera las razones por las que los testeos de COVID-19 van a seguir siendo de vital importancia por mucho tiempo más:
- Las variantes de SARS-CoV-2
Los virus mutan constantemente. Mientras algunos emergen sólo para desaparecer, otros emergen y persisten. Hasta ahora se han documentado múltiples variantes de SARS CoV-2, catalogadas como de interés o de preocupación por la OMS, las que seguirán circulando por el mundo y aumentando, prevaleciendo las que tienen mayor trasmisibilidad. En Chile se han detectado en la actualidad cuatro variantes, siendo la Delta la más reciente y catalogada como de preocupación.
Los científicos han estado analizando los virus por décadas. Ahora su trabajo está enfocado en tener los testeos actualizados para poder detectar cada una de las nuevas variantes de SARS-CoV2.
“Es probable que el virus SARS CoV-2 y sus variantes continuarán circulando en el mundo, con brotes en ciertas áreas, u olas estacionales, como vemos con la gripe o el virus sincicial respiratorio”, señala el Dr. Guerra.
Disponer de testeos rápidos y accesibles es fundamental para detectar nuevos brotes, especialmente en las comunidades más afectadas y donde la accesibilidad a las vacunas puede ser limitada.
- Sobre las tasas de vacunación
A pesar de que particularmente en Chile las tasas de vacunación son mayores a las del resto del mundo —en Chile el 83,9% de la población objetivo ya tiene la primera dosis, según datos actualizados del informe DEIS del Ministerio de Salud (MINSAL)1—, siempre habrá gente que no esté vacunada o que demore más en hacerlo, como los niños, mujeres embarazadas y en período de lactancia, y las personas con alergia aguda grave.
A ello se suma que no todos los países del mundo tendrán vacunas disponibles este año, lo que deja un espacio abierto para las nuevas variantes del COVID.
El Dr. Guerra sostiene que “para aquellos individuos no vacunados, la Organización Mundial de la Salud informa 2 que la medición de temperatura por sí sola no es eficaz para detener la propagación, porque no todas las personas infectadas tienen fiebre, e incluso algunos son asintomáticos, y de todas formas transmiten la enfermedad. Eso hace que las pruebas rápidas de antígeno sean aún más importantes”.
Chile es pionero en los testeos considerando su población, pues acorde a los datos del informe diario del Ministerio de Salud (MINSAL) del 6 de julio, ya se han realizado 16.937.808 exámenes PCR en el país. Sin embargo, va más lento que otros países en el impulso a la prueba de antígeno, de los cuales lleva 390.291 tests totales realizados 3.
La prueba rápida de antígeno es un test inmunocromatográfico cuyo resultado se obtiene entre 15-20 minutos una vez se corre el ensayo. Es idónea para la detección a tiempo tanto de casos positivos en fase aguda de la enfermedad como de asintomáticos. Además, la posibilidad de trabajar con hisopado nasal representa una mayor facilidad para la implementación del test.
- Inmunidad de rebaño
La combinación entre la aparición de nuevas variantes de COVID y la presencia de gente no vacunada vuelve muy difícil que el mundo alcance la ansiada inmunidad de rebaño.
Pese a que las vacunas autorizadas son efectivas y seguras, sólo su aplicación por un largo período de tiempo dará protección contra el virus y sus variantes.
Aunque se sabe que las vacunas protegen contra los efectos graves de la enfermedad a quienes se las aplican, aún se necesitan más estudios para asegurar que también ofrecen protección contra la capacidad del virus para propagarse de un huésped a otro.
- Conclusiones: estamos en un viaje
El mantra de los expertos en enfermedades infecciosas no es derrotar al virus, porque ninguna medida lo detendrá. La lucha contra el COVID-19 se ganará no como una guerra, sino a través de muchas batallas más pequeñas: lavado de manos, distanciamiento social, uso de mascarillas, testeos y vacunas.
“Los programas de seguimiento del virus —que existen para otros como el VIH y la hepatitis— también son esenciales para entender la circulación de las variantes y la longevidad de la protección que dan las vacunas”, comenta el Dr. Guerra.
Tras más de un año, la paciencia colectiva del mundo ante el COVID se está agotando. Es ahí donde la realización de las pruebas de detección frecuentes, con testeos rápidos, mínimamente invasivos y asequibles, ayudarán a restablecer la confianza en la salud en los lugares de trabajo, las escuelas, mientras la gente viaja y reinicia las actividades tanto de negocios como recreativas.
“Con pruebas rápidas de antígeno disponibles y fáciles de usar, las personas pueden obtener las respuestas que necesitan de inmediato”, enfatiza el Dr. Guerra.
Las vacunas están entre nosotros, y se vendrán más. Pero el COVID y sus variantes no nos abandonarán tan rápidamente. Por eso es necesario que los testeos se sigan haciendo, al menos mientras el COVID-19 siga en el mundo.
Equipo Prensa Portal Red Salud