- Por Andrés Segovia, director de desarrollo de negocios para el sector salud en Latinoamérica de InterSystems
Vivimos tiempos donde la salud se ha transformado en una de las principales preocupaciones de la población, gobiernos y organizaciones internacionales han centrado su trabajo en estudiar y generar recomendaciones para la gestión de la medicina, así como en invertir para mejorar las capacidades de los sistemas de salud y así lograr mayores avances en beneficio de la población.
Uno de los temas que ha copado la agenda pública en el último tiempo tiene que ver con cuáles son las nuevas tecnologías en las que se debería invertir para mejorar la atención, con el fin de simplificar, facilitar el acceso y la experiencia de atención de los pacientes, así como el apoyo que requiere el personal clínico en materias de calidad y seguridad clínica. No obstante, esta discusión al estar centrada en los procesos de atención está dejando fuera una arista sumamente importante, la gestión, liderazgo y toma de decisiones en los establecimientos y redes asistenciales, ya sea desde una mirada de salud poblacional así como de los KPI asociados a la utilización de quirófanos.
Pensando en un futuro post pandemia, el análisis de salud poblacional, control de población crónica, gestión de casos y estrategias de rescate de pacientes, entre otros, obligará a las organizaciones de salud a disponer de la tecnología necesaria para definir planes y estrategias de intervención, basando sus decisiones en datos, sanos y limpios, estandarizados y ordenados de tal manera que permitan ser analizados, lo que en inglés se denomina Healthy Data.
Sin ir más lejos, la Estrategia Mundial sobre Salud 2020-2025, desarrollada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que “un ecosistema de salud digital interoperable debería permitir un intercambio de datos seguro y sin fisuras entre los usuarios, proveedores de servicios de salud, responsables de los servicios sanitarios y servicios de datos. La mayor parte de la información sanitaria se genera y tramita entre los proveedores y los profesionales de la salud”.
En este sentido, los gobiernos y sistemas de salud públicos y privados tienen el deber de tomar decisiones informadas en favor de la salud de los pacientes. Por ejemplo, cuando un sistema de registro clínico presenta indisponibilidad, el paciente automáticamente corre el riesgo de que un profesional de la salud deba tomar una decisión sin disponer de todos los antecedentes que aseguren que el paciente no corre riesgo. En efecto, para disminuir el riesgo asociado a la disponibilidad de datos, no basta con adquirir soluciones que sean atractivas para el usuario, tanto en interfaz como en diseño de procesos, sino que se requiere que los establecimientos y redes de salud, tanto en el sector público como en el sector privado, elijan proveedores que tengan la capacidad de asegurar la continuidad operacional de sus servicios. En definitiva, no poner atención en los procesos de selección de proveedores de tecnología en salud pone en riesgo la vida de los pacientes y la continuidad asistenciales de los establecimientos.
Equipo Prensa Portal Red Salud