Si bien muchos de los alimentos que consumimos contienen nutrientes básicos para nuestro organismo, algunas tienen mayores beneficios, aumentando las defensas y ayudando a reducir los síntomas de resfriados o gripes.
Comienza el octavo mes del año y, con ello, uno de los desafíos más grandes: pasar agosto. Es que, indiscutiblemente, en las semanas previas a la llegada de la primavera las heladas y las bajas temperaturas, hacen que la salud siempre esté en vilo. Sin embargo, existe una manera de poder mejorar las defensas y evitar los resfriados.
De acuerdo a lo que plantea María Ignacia Cornejo, nutricionista de Clínica Terré, “necesitamos una alimentación equilibrada rica en vitamina C, ya que es un tremendo antioxidante que actúa en casi todos los sistemas orgánicos y participa en la formación de colágeno, serotonina y tiroxina. Además, es inmunoestimulante y participa en procesos de cicatrización. Junto con ello, es importante incluir ácidos grasos esenciales, como el omega 3, que se encuentra en pescados grasos como el atún, el jurel y el salmón. Este ácido graso, actúa como un agente antiinflamatorio que controla la respuesta de nuestro cuerpo a las infecciones.
Según lo que señala la profesional, dentro de los nutrientes que debemos preferir en esta época se encuentran “por un lado los cítricos, el brócoli, las frutillas, el pimentón, el kiwi, por su aporte en vitamina C. A ellos se le suman los probióticos, que son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, son un beneficio a la salud. Ellos los podemos encontrar en yogures, bebidas lácteas o como suplemento. Por otro lado está el Zinc que puede ser encontrado en ostras, almejas, carnes rojas, semillas de sésamo, avellanas, maravilla, zapallo y legumbres”.
Dentro de las otras vitaminas claves para esta temporada según las recomendaciones de la nutricionista se encuentra la D ya que tiene un papel relevante en la modulación de la respuesta inmune y si bien se encuentra en pocos alimentos de manera natural, «puede ser consumida a través de pescados grasos como el salmón, la sardina, la yema de huevo, lácteos fortificados, pero si los niveles en sangre son bajos, se recomienda la suplementación».
Equipo Prensa Portal Red Salud