Cualquier lugar que contenga cargas de fuego, materiales inflamables y donde haya personas y activos que necesiten protección, debe contar con un sistema de detección y control de incendios. Por esta razón, casi todas las industrias los utilizan. Pero ¿en qué hay que fijarse para tomar una mejor decisión?
Proteger personas, activos e infraestructura comienza con una respuesta rápida para tener la oportunidad de evacuar. De ahí la relevancia de encontrar la solución más adecuada, una que permita salvar vidas.
De acuerdo al Product Manager de seguridad electrónica de Scharfstein, Carlos Espinoza, el primer objetivo de un sistema de control de incendios es salvar la vida de las personas, por lo que estos dispositivos tienen que detectar y alertar sobre la presencia de humo, fuego, monóxido de carbono u otras emergencias relacionadas, de manera rápida y eficiente.
“Estos sistemas tienen que ser inteligentes y direccionables, lo que significa que sus sensores están diseñados para detectar humo o monóxido de carbono con una dirección específica para enviar su condición o estado de alarma al centro de control central de alarma y saber puntualmente dónde se encuentra el siniestro, ventaja valiosa al momento de la verificación. Por otra parte, los sistemas inteligentes son capaces de ser programados con ‘lógicas’ que permiten ser exhaustivo a la hora de un amago de incendio. De esa manera se puede gestionar mejor la emergencia”, indica.
Asimismo, el experto entrega otras claves a considerar a la hora de optar por una solución de detección temprana de incendios:
1.- Sistemas que cuenten con la última Certificación UL 7ma Edición. El cumplimiento de la normativa UL da cuenta de un desempeño de alto estándar de calidad. En su séptima edición, los sensores de humo tienen que disponer de una capacidad adecuada para discriminar otras partículas suspendidas en el aire, como vapor y polvo, y así evitar falsas alarmas.
2.- Más que un producto, un ecosistema. Los sensores de detección deben contemplar diversas variantes, entre ellas temperatura, humo, gas, sumado a la combinación de las mismas. Por eso, la mejor solución es un ecosistema compuesto por todos esos sensores, un panel central, así como palancas, sirenas, módulos de control y monitoreo, además de parlantes, que conformen un mecanismo de detección, sonorificación y evacuación.
3.- Mecanismo de pesquisa temprana. Ante una emergencia, el tiempo de respuesta es fundamental. Por eso, la mejor solución debe contar con una tecnología de detección de humo por aspiración escalable que facilite la instalación, haga que el mantenimiento sea más rápido y lleve las aplicaciones más allá de los detectores de muestreo de aire tradicionales. En este punto, es importante entender que los sistemas de detección temprana, como un sensor de humo, aspiran el aire de manera constante a través de tuberías que se conectan al dispositivo para censar partículas de humo, por lo que su uso es recomendable para salas extensas o lugares amplios, como centros comerciales, galpones, bodegas u otros similares. Por sus grandes dimensiones, no se puede esperar a que el espacio se llene de humo para que se active un sensor de humo. Eso es poco eficiente y más costoso, por lo que se recomienda un sistema de aspiración y detección temprana.
4.- Energéticamente eficientes. Un atributo importante es que estos sistemas tengan un enfoque energéticamente eficiente que los haga más económicos de instalar y operar, al reducir los costos generales.
Además, es importante tener en cuenta que, por norma, un detector de humo tiene que cubrir un radio de 4.5 metros. Con ese dato se debe planificar cuántas secciones se requieren en un edificio para cubrir toda su superficie.
Por último, comenta el especialista, lo óptimo es optar por detectores de humo inteligentes que incorporen tecnología avanzada de identificación óptica (fotoeléctrica) para aumentar la eficiencia, ahorrar tiempo de instalación, reducir costos y mejorar la seguridad y protección de la vida y la propiedad.
Equipo Prensa Portal Red Salud