Se tiende a pensar que con el cambio de estación aparece la mal denominada ‘depresión estacional’, sin embargo, especialistas aseguran que el aumento de la luz y la vida social pueden generar un contraste que sólo acentúe ciertos estados emocionales.
El cambio de estación, especialmente la transición hacia los días más soleados o con mayor luz, puede generar alteraciones en el estado de ánimo. Sin embargo, es importante destacar que la llegada de la primavera no provoca por sí misma una depresión, sino que intensifica los estados depresivos que algunas personas ya puedan estar experimentando.
Según la novena versión del Termómetro de la Salud Mental de abril de 2024, arrojó que un 13,4% de los encuestados exhibió sospecha o presencia de problemas de salud mental. Pablo Palma, director del diplomado de Intervención Clínica Terapéutica de la Universidad Autónoma, señala que «es muy común que, con la llegada de la primavera, se genere un contraste entre el estado depresivo que algunos individuos pueden estar sintiendo y la apertura que esta estación del año promueve, con más luz y una mayor expectativa de interacción social». Este contraste puede llevar a que los síntomas depresivos, que durante el invierno tienden a pasar más desapercibidos, se hagan más evidentes.
Durante el invierno, el clima más frío y la menor cantidad de luz natural contribuyen a que las personas socialicen menos y se mantengan en casa, lo que facilita que los síntomas depresivos puedan ser menos notorios. «En los meses de invierno, es fácil justificar el quedarse en casa todo el fin de semana, pero esta misma conducta en primavera puede levantar alertas, ya que las expectativas sociales cambian», agrega Palma.
A continuación, el especialista entrega algunos consejos para sobrellevar los cambios anímicos durante la primavera:
Aprovechar la luz natural: Es importante disfrutar la luz del sol pasando tiempo al aire libre. La exposición a la luz natural puede mejorar el estado de ánimo y ayudar a regular el ritmo circadiano.
Mantener una rutina: La rutina diaria puede proporcionar estabilidad emocional, por ello, es recomendable mantener horarios regulares para dormir, comer y hacer ejercicio. Esto puede ayudarte a sentirse más en control y reducir la sensación de caos que a menudo acompaña a la depresión estacional.
Comer de forma saludable: Es importante prestar atención a la alimentación. Consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales, como frutas, verduras y alimentos con alto contenido de omega-3, puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo. Es importante evitar el exceso de azúcares y alimentos procesados.
Buscar apoyo social: La interacción social puede ayudar a sentirte conectado y apoyado emocionalmente.
Practicar técnicas de relajación: Incorporar técnicas de relajación en la rutina diaria, como la meditación, el yoga o la respiración profunda pueden reducir el estrés y la ansiedad, dos factores que a menudo se relacionan con la depresión estacional.
Consultar a un profesional: Si se llega a experimentar síntomas graves tales como sentimientos de desesperanza, aislamiento extremo o cambios significativos en el apetito y sueño, es recomendable buscar ayuda profesional. Los psicólogos y psiquiatras pueden proporcionar terapia y, en algunos casos, medicación para tratar esta afección.
Equipo Prensa Portal Red Salud