Consumo moderado y regular de lácteos podría reducir el riesgo de cáncer de colon

Consumo moderado y regular de lácteos podría reducir el riesgo de cáncer de colon

Además del fosfato de calcio, componentes como la vitamina D, probióticos y proteínas específicas presentan un importante efecto protector, asegura la nutricionista de la U. de Chile, Gabriela Carrasco.

Consumir aproximadamente 300 miligramos adicionales de fosfato de calcio diarios, equivalentes a un vaso de leche, podría reducir en un 17% el riesgo de desarrollar cáncer de colon, asegura una investigación liderada por científicos de la Universidad de Oxford. Al decir adicionales quiere decir además del consumo normal, lo que implica una ingesta suplementaria.

Se trata de uno de los cánceres más prevalentes, con alrededor de 44 mil casos nuevos cada año solo en el Reino Unido.

La Dra. Keren Papier, epidemióloga responsable del estudio publicado recientemente en la revista Nature Communications, analizó los hábitos alimentarios de aproximadamente medio millón de mujeres británicas, evaluando 97 alimentos diferentes. El estudio es considerado uno de los más completos hasta la fecha sobre dieta y cáncer colorrectal.

Los científicos creen que el fosfato de calcio podría proteger el intestino al neutralizar sustancias dañinas. Estudios previos sugieren que el fosfato de calcio se une en el colon a ácidos biliares y ácidos grasos libres, formando una especie de “jabón” inocuo. Este efecto permitiría eliminar estas sustancias del tracto digestivo antes de que dañen la pared intestinal, reduciendo así la irritación crónica y la posibilidad de formación de tumores en el colon-

La nutricionista Gabriela Carrasco, académica del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, complementa estos resultados explicando que la relación entre los lácteos y la prevención del cáncer de colon se basa principalmente en estudios epidemiológicos, es decir, aquellos que siguen a grandes grupos poblacionales y observan asociaciones entre hábitos y la prevalencia de enfermedades.

Carrasco es una de las autoras del libro “Lácteos, Nutrición y Salud”, una publicación científica de carácter divulgativo que recoge la última evidencia disponible en la materia,  explica que gran parte de la evidencia sobre los mecanismos específicos involucrados es preclínica, basada en estudios en modelos animales y líneas celulares. Según la especialista, uno de los mecanismos fundamentales es el papel del fosfato de calcio, un micronutriente presente en la leche, que favorece la diferenciación celular y podría evitar la proliferación acelerada de células precancerosas o cancerosas.

Además del fosfato de calcio, la nutricionista enfatiza que la vitamina D, también presente en productos lácteos, tiene propiedades que modulan la respuesta inmunológica y disminuyen la inflamación, factores que podrían contribuir a reducir el riesgo de cáncer de colon. Otro componente clave señalado por la especialista es la presencia de probióticos en los lácteos fermentados como yogur y leche cultivada, los cuales favorecen un mejor equilibrio de la microbiota intestinal, reduciendo la inflamación crónica que podría ser desencadenada por procesos cancerígenos.

Carrasco destaca además que los lácteos fermentados favorecen la producción de butirato, un ácido graso de cadena corta con efectos antiinflamatorios demostrados en numerosos estudios. «El consumo regular de lácteos fermentados mejora la salud gastrointestinal y reduce la inflamación, lo cual podría estar asociado directamente con un menor riesgo de cáncer de colon», indica la experta.

En cuanto al consumo específico de queso, aunque también es un lácteo fermentado con propiedades beneficiosas similares, Carrasco señala que tiene un mayor contenido graso. Por ello, recomienda no consumirlo en exceso, especialmente en personas con obesidad o problemas cardiovasculares.

Las Guías Alimentarias Chilenas recomiendan, para la población general, consumir tres porciones diarias de lácteos, preferentemente sin azúcar. Con esto se cubriría cerca del 80% del requerimiento diario de calcio, esencial no solo para la prevención del cáncer, sino también para mantener una buena salud ósea.

Carrasco destaca además la presencia de otras proteínas presentes en la leche, como la caseína y la lactoferrina, que han mostrado en estudios preclínicos propiedades anticancerígenas debido a su capacidad para modular la proliferación celular y potenciar respuestas inmunológicas protectoras.

Tanto el estudio británico como las recomendaciones de la nutricionista chilena coinciden en que una dieta equilibrada, con consumo moderado y regular de lácteos, particularmente fermentados como yogur y leche cultivada, podría representar una estrategia accesible y efectiva para reducir el riesgo de cáncer de colon.

El equipo británico evaluó también el consumo de otras fuentes de fosfato de calcio como pan fortificado o sardinas, las que también presentaron como respuesta menores tasas de cáncer de colon.

Además, determinó que ciertos hábitos alimentarios podrían incrementar significativamente el riesgo de cáncer de colon. Por ejemplo, cada copa diaria adicional de vino por encima del promedio se vinculó con un incremento del 15% en dicho riesgo, mientras que cada 30 gramos adicionales de embutidos elevaron el riesgo en un 8%. Estos resultados subrayan la importancia de mantener una alimentación balanceada y limitar el consumo de alcohol y carnes procesadas como estrategias preventivas adicionales.

 
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Equipo Prensa Portal Red Salud

   

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