- De acuerdo a la OMS, en Chile el 33% de la población padece alguna enfermedad al hígado, lo que podría significar que en pocos años más estas condiciones generen patologías graves al corazón, explicó la académica de la Universidad de Talca, Jéssica Zúñiga.
“Generalmente cuando hay daño hepático, hay también deterioro cardiaco”, así lo explicó la académica del Departamento de Ciencias Básicas Biomédicas de la Universidad de Talca, Jéssica Zúñiga, quien ha dedicado los últimos 10 años al estudio de modelos crónicos metabólicos y su impacto en la salud, particularmente con el hígado.
Para comprobar esta premisa se unió a las indagaciones el profesor Daniel González Reinoso, director del Doctorado en Ciencias Biomédicas de la misma casa de estudios, experto en temas del corazón, quien es investigador principal (PI) en el proyecto «Creación de la red ‘Conexiones’ para la investigación del eje conexinas-inflamación-
“Nosotros estudiamos cuáles son los trastornos que generan las enfermedades metabólicas en general (siendo la diabetes probablemente la más relevante), y cómo un hígado dañado puede dañar otros órganos. Entonces, finalmente, el paciente no sólo va a tener hígado graso, sino también una cardiomiopatía. Y las personas no saben esto. Generalmente les dicen, ‘tiene hígado graso’, pero no les dicen que es muy probable que vayan a hacer una cardiomiopatía”, explicó Zúñiga.
“Entonces, un objetivo nuestro es que este eje hígado-corazón, se empiece a estudiar y por lo tanto a entender. Y, por otro lado, que en el área médica se comprenda que se requiere un tratamiento integral. No basta con tratar la diabetes, sino que hay que tratar el deterioro de todos los otros órganos, porque se comunican entre ellos, y esa es la idea de esta red internacional de investigación: que se conozca y se entienda bien la conexión que existe entre las células”, añadió la investigadora.
Farmacología
La investigación (y más aún la farmacología) es un trabajo de largo aliento, subrayó la docente. “Estamos haciendo un fármaco, que está en etapa preclínica, lo que significa que lo podemos probamos en animales, lo publicamos y la comunidad internacional lo reconoce. Pero, para pasar a fase clínica, toma de 10 a 15 años, porque requiere muchos permisos. Nuestra idea es -en los próximos proyectos- pedir fondos para las fases clínicas”.
Sin embargo, destacó que la información que lograron sobre el nexo entre diabetes y cardiopatía ya está circulando entre los científicos. “Como laboratorio tenemos una cantidad de publicaciones importante en relación a que la Enfermedad Hepática (EH) y la cardiomiopatía asociada a la EH, son relevantes en los sujetos con diabetes, y ha generado alerta”.
En 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) mostró su preocupación por el aumento notorio de enfermedades metabólicas sin resolución, es decir, la entidad ve cómo están aumentando estas patologías, pero no hay cómo tratarlas. “En este momento el gran problema de salud en enfermedades no transmisibles es la enfermedad crónica metabólica, qué es justamente lo que trabajamos como Laboratorio de Fisiología y Farmacología de la UTalca. Por lo tanto es relevante todo lo que estamos investigando, porque es grave a nivel de desarrollo de enfermedades y de gasto fiscal”, dijo Zúñiga.
Hace seis o cinco años a nadie le importaba la enfermedad metabólica hepática, añadió, “pero la OMS en su último informe detalló que el 40% de la población estadounidense padece deterioro hepático y a nivel mundial está entre un 25 y 30 por ciento. Chile está con un 33%, lo que significa que en pocos años esa EH va a generar cardiomiopatía, la que sí es una patología grave”.
Si bien no se sabe qué surge primero, si la EH o la diabetes (dado los altos índices de obesidad, se cree que es la enfermedad hepática primero), “sí se sabe es que si tienes obesidad o diabetes, vas a tener enfermedad hepática. Y -según nuestros resultados- si tienes enfermedad hepática, vas a tener una patología cardiaca, y en ésta la resolución es la muerte”, advirtió.
Según Zúñiga, a partir de esto “cobra relevancia este trabajo, porque si no la analizamos pronto, vamos a tener una nueva pandemia, pero de pacientes con cardiomiopatía por EH, que no solo creará sufrimiento para el paciente y su familia, sino que además va a crear un gasto fiscal tremendo, si no lo es ya el gasto por enfermedad hepática”.
En este sentido, la recomendación para la población sigue siendo mantener una nutrición adecuada, realizar actividad física, respetar los controles e indicaciones médicas y prevenir patologías, “porque hoy fármacos para tratar la enfermedad hepática no existen. Puedes tratar la diabetes, la hipertensión, los trastornos vasculares, pero no la EH”.
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Equipo Prensa
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