- La recientemente creada agrupación Al Límite busca dar a conocer el Trastorno Límite de Personalidad (TLP), una enfermedad de salud mental que se estima afecta a unos 800 mil chilenos y mantiene a miles de familias en vilo constante.
- Javier Aránguiz, cofundador de Al Límite y padre de una hija con TLP dice: “Mi hija puede pasar de abrazarme con amor a irse al baño con sus pastillas para intentar suicidarse. Es cuestión de minutos, y yo nunca sé qué fue lo que desencadenó esa tormenta emocional. Es vivir en estado de alerta permanente, sin poder relajarse jamás«.
El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) es mucho más que «cambios de humor» o «conductas difíciles». Según la Clínica Mayo, es una afección que afecta profundamente cómo las personas se sienten consigo mismas y se relacionan con otros, caracterizada principalmente por terror al abandono, adicciones de todo tipo, relaciones caóticas y autolesiones, que pueden terminar en suicidio.
En Chile, el TLP es poco conocido y las estadísticas de prevalencia en la población son escasas. Hay solo dos programas en la red pública especializados en TLP -Sótero del Río es uno-, y aunque en la red privada hay varias opciones, los valores son elevados. Por estas razones, un grupo de padres y familiares de personas con esta enfermedad fundó la agrupación Al Límite con un doble objetivo: dar visibilidad a esta enfermedad y lograr su incorporación al GES
Para los padres de personas con TLP, cada día significa navegar por un campo minado emocional donde una mirada, un tono de voz o incluso un silencio pueden desatar una crisis devastadora. Es una realidad que pocos comprenden y que el sistema de salud chileno ha decidido ignorar.
Los principales síntomas del TL incluyen:
- Terror al abandono: Un miedo tan intenso que lleva a comportamientos desesperados
- Relaciones caóticas: «Puedes pasar de tener a una persona en un pedestal a devaluarla completamente si no te contesta el teléfono»
- Identidad fragmentada: Cambios constantes en objetivos, valores y autopercepción
- Impulsividad extrema: Desde autolesiones hasta decisiones que destruyen su propia estabilidad
- Vacío emocional: Un sentimiento constante de estar «hueco» por dentro
- Ira descontrolada: Explosiones que pueden incluir violencia física
«No son pataletas, es supervivencia emocional»
Una de las batallas más agotadoras para estas familias es combatir el estigma social. «Muchas veces se confunde con que la persona está teniendo una pataleta o que quiere llamar la atención, cuando en realidad es un trastorno psiquiátrico serio«, lamenta Javier.
Los comentarios hirientes son constantes: «Le falta disciplina», «está manipulando», «es muy dramática». Frases que desconocen la realidad neurobiológica detrás del TLP y que añaden culpa a familias que ya están en su límite emocional. Pero el TLP no es resultado de «mala crianza» o «falta de carácter». La investigación científica identifica múltiples factores:
- Genética: Los estudios familiares muestran componentes hereditarios claros.
- Neurobiología: Alteraciones en áreas cerebrales que regulan emociones, impulsos y percepción social.
- Factores ambientales: Historiales de trauma, abuso, negligencia o inestabilidad familiar durante la infancia.
El tratamiento adecuado
El tiempo es crucial en el TLP: sin diagnóstico y tratamiento oportuno, esta condición puede desencadenar una espiral destructiva que incluye episodios recurrentes de autolesión, abandono escolar o laboral crónico, relaciones interpersonales caóticas, problemas legales por comportamiento impulsivo, abuso de sustancias, embarazos no planificados por conductas de riesgo y, en los casos más graves, intentos de suicidio que mantienen a las familias en angustia permanente.
Sin embargo, cuando se accede a tratamiento adecuado, el panorama cambia radicalmente: la evidencia científica confirma que muchas personas con TLP pueden mejorar significativamente, ya que la impulsividad y los cambios de humor tienden a estabilizarse con la edad y terapia especializada, permitiendo que desarrollen relaciones estables, completen estudios, mantengan empleos y construyan vidas plenas. «Como padre, la diferencia entre ver a tu hijo autodestruirse sin saber cómo detenerlo y verlo recuperar el control de su vida radica en tener acceso temprano al tratamiento correcto«, reflexiona Javier, convirtiendo el diagnóstico precoz en la línea que separa la tragedia de la esperanza.
El precio devastador del amor incondicional
Cuidar a un hijo con TLP significa enfrentar una doble carga que puede quebrar a cualquier familia: por un lado, el desgaste emocional constante que incluye vivir con miedo permanente a las crisis, culpa por no poder «curar» a su hijo, aislamiento social por incomprensión y tensiones que afectan a toda la familia. Y por otro, una realidad económica asfixiante que puede sumar más de $800.000 en terapia psicológica, medicamentos y atención psiquiátrica. Sin contar con las hospitalización en crisis que pueden llegar a costar más 2 millones adicionales.
El Trastorno Límite de la Personalidad no está incluido en las Garantías Explícitas en Salud (GES), creando una inequidad inadmisible donde una condición que afecta al 3% de la población chilena —con prevalencia similar al trastorno bipolar que sí tiene cobertura— deja a miles de familias abandonadas a su suerte económica.
“Los argumentos para incluir el TLP en el GES son contundentes: epidemiológicamente afecta al 3% de la población con alto impacto en salud pública; económicamente reduciría costos por hospitalizaciones recurrentes y uso de emergencias; clínicamente existen tratamientos efectivos con mejor pronóstico si hay intervención temprana; y éticamente garantiza el derecho a la salud mental y protege a adolescentes y jóvenes vulnerables” explica Javier.
Sin embargo, esta ausencia de cobertura estatal no solo genera costos desproporcionados al sistema de salud por la falta de diagnóstico y tratamiento oportuno, sino que obliga a las familias a decisiones imposibles: destinar la totalidad de sus ingresos familiares al tratamiento, endeudarse hasta el colapso económico, o presenciar impotentes el deterioro progresivo de la salud mental de sus hijos por falta de acceso a la atención especializada que necesitan para recuperarse y construir vidas plenas.
Comunidad de padres y familiares de personas con TLP. Instagram: @al_limitetlp