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Rituales —como encender una vela, asistir a una misa o escribir un mensaje al cielo— nos ayudan a expresar lo que sentimos, a conectar con los recuerdos y a mantener vivo el vínculo con quien partió”, señala Constanza Vidal, psicóloga de la Unidad de Apoyo al Duelo de Acoger, red de cementerios católico .
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En el marco de la próxima conmemoración del Día de Todos los Santos (1 de noviembre), Acoger, red de cementerios católicos, refuerza su compromiso con las familias en duelo a través de ceremonias y rituales que brindan consuelo espiritual, conexión emocional y un espacio de encuentro con la memoria.
Cada 1 de noviembre, Día de Todos Los Santos, miles de familias en Chile se reúnen para recordar a quienes ya no están. No sólo se trata de una fecha de conmemoración religiosa sino un momento profundamente humano, en el que el amor y la memoria se transforman en gestos, símbolos y rituales que honran la vida y la huella que dejaron quienes hoy ya no están en este plano.
Constanza Vidal, psicóloga de la Unidad de Apoyo al Duelo de Acoger, red de cementerios católico explica que estos rituales cumplen una función esencial en el proceso de sanar.
“El duelo no se trata de olvidar, sino de aprender a vivir con la ausencia. Por ello, rituales —como encender una vela, asistir a una misa o escribir un mensaje al cielo— nos ayudan a expresar lo que sentimos, a conectar con los recuerdos y a mantener vivo el vínculo con quien partió”, señala la especialista.
Durante los últimos años, Acoger ha desarrollado diversas actividades que buscan ofrecer consuelo y contención a las familias. En los Cementerios Católicos de Recoleta, Maipú y Pue
nte Alto, así como en las parroquias que cuentan con memoriales donde se resguardan las cenizas de sus seres queridos, se han realizado misas conmemorativas en las que los asistentes participan llevando una fotografía de su ser querido.
“Es un gesto sencillo, pero lleno de significado. Ver esas fotos reunidas, saber que hay otras familias compartiendo el mismo dolor y la misma esperanza, genera comunidad y consuelo”, explica Vidal.
En 2024, la misa principal en el Cementerio Católico de Recoleta fue presidida por Monseñor Alberto Lorenzelli, y contó con una emotiva ceremonia donde los presentes escribieron una frase para sus seres queridos en globos blancos, que luego se elevaron al cielo.
“El acto de soltar el globo representa dejar ir con amor, no con olvido. Es un modo de decir: te sigo recordando, pero también sigo viviendo”, agrega la psicóloga.
Este año, la red Acoger volverá a abrir sus puertas el 1 de noviembre con una serie de encuentros en sus tres cementerios y en quince parroquias donde existen memoriales, invitando a todas las familias que han enfrentado la pérdida de un ser querido, ya sea por cremación o sepultación en los cementerios que forman parte de su red, a participar y compartir un momento de fe, reflexión y compañía.
“Acompañar el duelo también significa dar espacio a la esperanza. En cada vela encendida, en cada foto, hay una historia de amor que continúa”, concluye Vidal.
Para más información:www.acoger.cl
























