• Constanza Vidal, psicóloga de la Unidad de Apoyo al Duelo de Acoger, red de cementerios católicos,  comparte  recomendaciones de cómo madres y padres pueden aprovechar  esta conmemoración  para   enseñarle  a  sus hijos sobre  amor, empatía y la importancia de los  recuerdos del   ser querido que ya no está en este plano.

El 1 de noviembre,  Día de Todos  Los Santos, puede convertirse en una valiosa oportunidad para conversar con niños y jóvenes sobre la vida, la pérdida y el amor que permanece, además es buen momento para enseñarles sobre el amor, la empatía y el valor de los recuerdos.

“Cuando los adultos se atreven a conversar con naturalidad sobre la partida de un ser querido, les muestran que sentir pena es parte de querer, y que recordar también es una forma de seguir amando. Así, el miedo se convierte en comprensión, y la pérdida en una lección de vida que los acompaña con amor y fortaleza”, explica Constanza Vidal, psicóloga de la Unidad de Apoyo al Duelo de Acoger, red de cementerios católicos.

 “A veces los adultos evitan estos temas por miedo a causar tristeza, pero el silencio genera más confusión que alivio. Cuando los niños comprenden que la muerte forma parte de la vida, desarrollan empatía, resiliencia y una conexión más consciente con el amor y los recuerdos”, agrega la profesional.

Constanza Vidal destaca que los rituales del Día de Todos los Santos —como encender una vela, compartir anécdotas familiares o visitar un lugar significativo— pueden transformarse en momentos educativos y de encuentro emocional.

“Un niño puede preguntar por qué encendemos una vela, y esa es una oportunidad para decirle que la luz representa el amor que sigue vivo. Son gestos que ayudan a mantener el vínculo desde la ternura, no desde el miedo”, comenta.

La psicóloga señala que cuando los jóvenes entienden que recordar no es quedarse en la tristeza, sino reconocer lo importante que fue alguien en sus vidas, aprenden a mirar la muerte con respeto, pero también con esperanza

“Transformar el miedo en aprendizaje emocional significa ayudar a los niños y adolescentes a poner palabras a lo que sienten, a expresar la pena y también a celebrar la memoria de quienes amaron”, agrega.

Por ello, desde Acoger, la invitación a las familias que  han perdido a un  ser querido, a vivir esta conmemoración como un espacio de conversación, encuentro y aprendizaje.

Para más información: www.acoger.cl

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