A medida que se acerca diciembre, los días parecen más cortos y las exigencias más largas. Los estudiantes enfrentan el cierre del año académico con exámenes, proyectos y presentaciones que no admiten demora. A eso se suman las actividades sociales, las expectativas familiares y la presión de cumplir metas antes de que termine el calendario. Todo este torbellino tiene un costo que va más allá del cansancio: el corazón también siente el estrés.

El fin de año se convierte en una carrera contra el reloj donde el cuerpo responde como si estuviera frente a una amenaza. Se acelera el pulso, aumenta la respiración y la mente se mantiene en alerta constante. Ese estado, que en principio parece solo una reacción momentánea, puede convertirse en un enemigo silencioso de la salud cardiovascular. De hecho, la Organización Mundial de la Salud estima que cerca del 35% de los jóvenes entre 15 y 24 años reporta haber sufrido síntomas de ansiedad o estrés significativo en los últimos meses del año, coincidiendo con la época de exámenes y compromisos sociales.

Las palpitaciones, la sensación de que el corazón late más rápido de lo normal o incluso de que falta el aire, son señales que muchos jóvenes reconocen, pero que pocos relacionan con un problema mayor. Lo preocupante es que este tipo de síntomas pueden formar un círculo vicioso: cuanto más nervioso se siente el cuerpo, más rápido late el corazón, y cuanto más rápido late, mayor es la sensación de ansiedad.

La buena noticia es que el estrés puede manejarse. Dormir lo suficiente, mantener rutinas regulares, evitar el exceso de cafeína o alcohol y practicar actividad física son pasos sencillos pero poderosos para recuperar el equilibrio. Caminar, trotar o andar en bicicleta media hora al día no solo despeja la mente, también fortalece el sistema cardiovascular. Del mismo modo, una alimentación equilibrada —rica en frutas, verduras y alimentos con omega 3— contribuye a reducir la inflamación y proteger las arterias.

El cierre del año puede ser un desafío para el cuerpo y la mente, pero también una oportunidad para mirar hacia adentro. Reconocer los signos del estrés y actuar a tiempo es una forma de recordarnos que el corazón no solo late por lo que hacemos, sino también por cómo vivimos.

 

Google News Portal Red Salud

Síguenos Google Noticias 
Equipo Prensa
Portal Red Salud