La retracción de encías es un problema común que puede causar sensibilidad, caries y pérdida de soporte dental. Odontóloga explica sus causas, cómo prevenirla y los tratamientos disponibles.
Cuando las encías comienzan a “subir” y dejan expuesta la raíz del diente, no solo cambia la apariencia de la sonrisa: también pueden aparecer molestias como sensibilidad al frío, al calor o incluso al cepillarse.
Este proceso, conocido como retracción gingival, es más frecuente de lo que se piensa y puede tener múltiples causas. La Dra. María Paz Rojas, académica de la Facultad de Odontología de la Universidad Andrés Bello, explica por qué ocurre, cómo detectarlo a tiempo y qué hacer para detenerlo.
¿Por qué sucede?
La retracción gingival ocurre cuando la encía se desplaza desde su posición original y deja expuesta parte de la raíz del diente. Según la especialista, “el origen puede ser diverso: un cepillado traumático, la enfermedad periodontal, traumatismos repetidos o incluso malposiciones dentarias”, explica. El primer signo suele ser visual, los dientes se ven más largos, o sensorial, con un aumento en la sensibilidad dental.
Entre los factores más frecuentes, la Dra. Rojas destaca la acumulación de placa bacteriana y sarro, que conduce a enfermedad periodontal. También influyen hábitos de higiene inadecuados, como usar un cepillo muy duro o cepillarse con demasiada fuerza. A esto se suman golpes menores, movimientos repetitivos y ciertas posiciones dentarias que predisponen a la encía a perder su soporte.
¿La retracción es reversible?
Una vez que la encía se retrae, no vuelve por sí sola a su posición. Sin embargo, la especialista sostiene que el proceso sí puede detenerse si se corrigen los factores que originaron el problema. “Para quienes ya presentan un daño visible, existe la posibilidad de realizar cirugías de cubrimiento radicular, parte de la plástica periodontal, que permiten reposicionar o aumentar el tejido blando alrededor del diente”, agrega.
Cómo prevenirla: hábitos clave
La académica recomienda adaptar la técnica de cepillado a las necesidades de cada persona y utilizar cepillos de cerdas suaves, además de incorporar hilo dental de manera diaria. Además, insiste en que las visitas periódicas al dentista son esenciales para limpiezas profesionales y para detectar a tiempo cualquier signo de inflamación o sangrado de encías, dos señales de alerta que no deben ignorarse.
Qué hacer si ya notas cambios
Ante cualquier sospecha, ya sea sensibilidad, sangrado o encías que parecen “acortarse”, la recomendación es acudir lo antes posible a un periodoncista. Un diagnóstico temprano permite frenar el daño y planificar un tratamiento adecuado.
La Dra. Rojas concluye con un llamado a la consulta oportuna: “Ante cualquier duda o al comenzar a notar estos problemas, lo mejor es consultar con el especialista apropiado”. Cuidar las encías es clave no solo para la estética, sino para la salud bucal a largo plazo.
























