En la superficie de los dientes se forma constantemente un biofilm (lo que comúnmente llamamos placa bacteriana): una capa pegajosa de bacterias que se alimentan de los azúcares que comemos.
Cuando ese biofilm permanece mucho tiempo sobre el diente:
- Las bacterias metabolizan los azúcares y producen ácidos.
- Esos ácidos generan desmineralización del esmalte, es decir, van disolviendo poco a poco los minerales que le dan dureza al diente.
- Si este proceso se repite muchas veces al día y no se controla con una buena higiene y flúor, se forma una lesión de caries, que puede avanzar hasta crear una cavidad.
Las zonas más vulnerables en niños son las superficies oclusales (la parte donde se mastica) de los molares y premolares, porque presentan surcos y fosas muy profundos, que funcionan como “escondites” perfectos para la placa, donde el cepillo no llega bien.
Ahí es donde los sellantes dentales cumplen un rol clave.
- ¿Qué son los sellantes dentales y para qué sirven?
Los sellantes dentales son una fina capa de material de base resinosa (material como plástico que endurece y se adhiere sobre la superficie del esmalte dental, se aplica sobre la superficie oclusal de los molares (cara de los dientes que mastica) y otros dientes con surcos profundos.
En términos simples:
- El sellante rellena y cubre esos surcos y fosas.
- Deja la superficie más lisa, evita que las bacteria se resguarden en los surcos y por tanto más accesible al cepillo.
- Actúa como una barrera física que impide que el biofilm y los restos de alimentos se acumulen en esas zonas de alto riesgo.
No sustituyen el cepillado ni el uso de pasta fluorada, pero son una herramienta de prevención específica para las superficies más propensas a desarrollar caries en niños y adolescentes.
- ¿A qué edad se aplican?
Los sellantes se indican habitualmente cuando erupcionan los dientes permanentes posteriores:
- Primeros molares permanentes: suelen aparecer entre los 6 y 7 años.
- Segundos molares permanentes: alrededor de los 11 a 13 años.
En niños con alto riesgo de caries, el odontólogo también puede considerar sellar algunos dientes temporales con surcos profundos, siempre que sea clínicamente pertinente, y lo permita el manejo del niño
Lo importante es que el diente:
- Esté bien limpio y seco.
- No presente una cavidad de caries avanzada.
- Y, en caso de lesiones iniciales muy superficiales, el profesional evalúe si es posible manejarlas de forma mínimamente invasiva con el propio sellante.
- ¿Son realmente efectivos?
Sí. La evidencia científica muestra que los sellantes son muy efectivos para reducir la aparición de caries en las superficies oclusales de molares y dientes posteriores.
Su eficacia depende de:
- Una técnica correcta de colocación:
- Limpieza previa del diente.
- Aislamiento de la saliva.
- Uso de ácido grabador para preparar el esmalte.
- Aplicación y fotopolimerización del sellante según las indicaciones del fabricante.
- Controles periódicos:
- En las revisiones, el odontólogo verifica si el sellante sigue íntegro, si hay pérdida parcial y si es necesario retocarlo o reemplazarlo.
Cuando se mantienen bien, los sellantes pueden proteger el diente por varios años y evitar tratamientos restauradores más complejos.
- ¿Es verdad que, si los selladores no se colocan correctamente, pueden “encapsular” bacterias y causar caries?
Este es un mito frecuente, y conviene matizarlo.
- Los sellantes se indican en dientes sanos o con lesiones de caries incipientes, sin cavidad visible.
- No es correcto “tapar” una cavidad de caries avanzada con un sellante; en esos casos el diente requiere un tratamiento restaurador.
En lesiones muy iniciales (caries no cavitada), hay estudios que demuestran que, al sellar la superficie y aislar el biofilm del aporte de azúcares, las bacterias pueden reducir su actividad y la lesión tiende a detenerse o a avanzar mucho más lentamente.
El verdadero problema de un sellante mal realizado no es tanto “encapsular bacterias”, sino que:
- El sellante puede despegarse o fracturarse,
- Dejar partes de la superficie sin protección,
- Y que, si no se controla, el diente vuelva a estar expuesto al riesgo habitual de caries.
Por eso es fundamental:
- Una buena técnica clínica,
- Y controles regulares para evaluar la integridad del sellante.
- ¿Los selladores dentales pueden contener sustancias químicas nocivas que afecten la salud de mi hijo?
Algunos padres tienen dudas respecto a sustancias como el bisfenol A (BPA), asociado a ciertos plásticos.
Puntos clave:
- Los materiales para sellantes están regulados y formulados para uso odontológico, cumpliendo exigentes normas de seguridad.
- La posible liberación de trazas de BPA, cuando ocurre, es muy baja y transitoria, principalmente en las primeras horas o días tras la aplicación.
- La exposición total estimada es muy inferior a la que los niños pueden recibir desde otras fuentes cotidianas, como ciertos envases plásticos o el ambiente.
Además, hoy disponemos de:
- Materiales con contenidos de BPA muy reducidos o no detectables.
- Alternativas como los ionómeros de vidrio, que también pueden utilizarse como sellantes en indicaciones específicas.
En resumen, de acuerdo con la evidencia disponible, los beneficios de los sellantes dentales en la prevención de caries superan ampliamente los riesgos potenciales asociados a estas sustancias.
Si los padres tienen inquietudes, lo más recomendable es que las conversen con su odontólogo, quien puede explicar qué material utiliza en la consulta y cuáles son las alternativas disponibles.






















