Jessica Ortega, Directora Carrera de Psicología UDLA Sede Viña del Mar
Luego de conocer los últimos sucesos ocurridos con personas neurodivergentes, no queda más que preguntarnos ¿qué hemos hecho para cultivar los buenos tratos?
Parece que el sentido común a veces nos abandona y comenzamos a normalizar espacios de violencia y maltrato en los diferentes lugares que habitamos. Así, vemos que el transporte público, las calles, las aulas y el trabajo, poco a poco se van convirtiendo en ambientes que no cuidan al otro, donde prima el individualismo y el sentido de lo colectivo se va perdiendo de manera gradual.
Hoy debemos reflexionar en torno a lo que estamos haciendo desde nuestro espacio interno y cómo esto se va reflejando en lo cotidiano, qué mensajes estamos enviando a niños y niñas, cómo vamos construyendo instancias de diálogo y de comprensión de lo diverso, de aquello que nos enriquece día a día, de lo que aprendemos del otro, y como eso nos entrega mayor valor como seres humanos.
Debemos comprender que está en nuestras manos construir una sociedad responsable, donde primen los buenos tratos y el desarrollo del bienestar individual y colectivo. Tenemos el poder de cambiar las cosas con pequeños actos, que muchas veces se ven con valentía, y la capacidad de detener acciones maltratantes. Marcar límites, también es una manera de cuidarnos.
Siempre debemos estar conscientes de este desafío y trabajar para promover espacios de bienestar en todos los lugares que habitamos. Este es un compromiso pleno y que debe tomarse con seriedad, pues, cada acción suma para fortalecer interacciones saludables y que nos convoquen a ser mejores seres humanos.