La prevalencia de várices aumenta aún más en profesiones de alto riesgo, hasta en un 70%, lo que subraya la importancia de un diagnóstico oportuno para evitar complicaciones graves.
Santiago, septiembre de 2025 – En Chile, se estima que entre un 20% y un 30% de la población adulta sufre de várices, una condición que va más allá de la estética y que, sin un manejo adecuado, puede derivar en serias complicaciones de salud.
“A pesar de su alta prevalencia, es una enfermedad que puede ser complicada si no se trata a tiempo. Muchos pacientes consultan tardíamente, lo que aumenta el riesgo de desarrollar dolor crónico, trombosis y úlceras venosas de difícil cicatrización, afectando severamente su calidad de vida”, comenta el Dr. Felipe Corvalán, jefe de cirugía vascular y endovascular de Clínica Santa María.
Las várices son una manifestación de una anomalía en la circulación, que ocurre cuando se altera el retorno normal de la sangre desde las piernas hacia el corazón. Esta dificultad provoca síntomas incapacitantes como:
- Pesadez
- Dolor
- Hormigueos
- Calambres en las piernas
Factores de riesgo
Los factores de riesgo son variados y, en muchos casos, prevenibles. “Las principales causas son el sedentarismo, la falta de ejercicio y el deterioro de la masa muscular de las extremidades inferiores, además del sobrepeso y la obesidad. De hecho, su prevalencia puede ser de hasta un 60% o 70% en ciertos grupos, como personas que trabajan de pie. Si uno combate los factores de riesgo con ejercicio, fortalecimiento muscular y baja de peso, se puede prevenir o retardar la aparición de las várices”, explica el Dr. Corvalán.
No obstante, existe un importante componente genético. “Hay pacientes que tienen esta condición de forma hereditaria. En ellos, la prevención es diferente, ya que deben hacer un control periódico con exámenes de imágenes, como el eco doppler, y controles médicos para detectar precozmente las várices y tratarlas en forma anticipada, de modo de no llegar a las etapas avanzadas de la enfermedad”, añade el especialista.
Del alivio de síntomas a la cirugía mínimamente invasiva
Una vez diagnosticada la enfermedad, el espectro de tratamientos es amplio y se ajusta a la severidad de cada caso. “Las opciones van desde la compresión elástica (medias especiales) y fármacos flebotónicos que mejoran la circulación y alivian los síntomas, hasta intervenciones de vanguardia”, comenta el especialista. Para los casos más avanzados, la endoablación con láser se presenta como una solución eficaz. Se trata de una cirugía mínimamente invasiva, de rápida recuperación y bajo impacto para el paciente, permitiéndole un pronto retorno a sus actividades normales.