Cada vez más mujeres chilenas rompen el silencio sobre el climaterio, una etapa natural que va mucho más allá de los bochornos o la menopausia. Especialistas llaman a abordarla con información, acompañamiento y políticas públicas que garanticen bienestar físico y emocional.
El climaterio no puede ni debe seguir siendo un tabú. Sin embargo, pese a los años y el mayor acceso a información, se mantiene como un tema del que no se habla, al extremo de haber sido etiquetado como «la pérdida de feminidad» o «el inicio del envejecimiento», cuando en realidad es una etapa fisiológica más, como la adolescencia. De acuerdo con el Ministerio de Salud, más del 40% de las mujeres mayores de 45 años presenta síntomas relacionados con el climaterio, pero menos de la mitad acude a un profesional de la salud para tratarlos adecuadamente.
“Es fundamental que empecemos a ver el climaterio como lo que es: una transición y no una enfermedad”, explica Ma. Soledad Velásquez, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada. “Comienza años antes de la menopausia y puede extenderse durante varios años después de este periodo. En este tiempo, el cuerpo experimenta transformaciones hormonales que pueden desencadenar manifestaciones tanto físicas como emocionales. No obstante, se presenta como una ocasión propicia para potenciar el autocuidado, el bienestar del corazón y la fortaleza ósea», señala.
Tres etapas, un mismo proceso
El climaterio se divide en tres fases distintas: primero, la perimenopausia, momento en el que la regularidad de los ciclos menstruales se ve alterada; luego, la menopausia, que marca el fin definitivo de la menstruación tras 12 meses sin sangrado; y finalmente, la posmenopausia, etapa en la que el organismo se adapta al nuevo equilibrio hormonal. Durante este período, es posible experimentar repentinos calores, dificultades para dormir, variaciones en el estado de ánimo o una reducción en el deseo sexual.
Sin embargo, como enfatiza Velásquez, “no todos los síntomas son inevitables ni tienen la misma intensidad; cada mujer vive esta etapa de forma distinta y debe abordarla desde la información y la consulta profesional, no desde la automedicación o la experiencia o recetas mágicas de otras mujeres”.
Asimismo, es importante romper mitos para ganar bienestar. La esperanza de vida ha aumentado y supera los 83 años en las mujeres, lo que significa que muchas de ellas pasarán más de un tercio de su existencia en esta etapa. Según la profesional, “esto nos motiva a alterar nuestra perspectiva sobre esta etapa: el climaterio no representa el fin, sino el comienzo de una etapa distinta de bienestar y realización”, explica.
Además, expertos advierten que los mitos en torno a la terapia hormonal o los suplementos naturales suelen generar confusión. “No se trata de prohibir ni promover nada indiscriminadamente. Hay casos en que el tratamiento farmacológico, vitamínico o incluso la terapia hormonal puede ser beneficiosa, siempre que sea con supervisión médica. Lo importante es evitar la automedicación y acompañar cada decisión con educación y seguimiento”, enfatiza la especialista.
Además de la atención médica, hay métodos naturales que pueden ayudar a aliviar los síntomas y favorecer el bienestar en general. Es importante seguir una alimentación balanceada, destacando alimentos con calcio, magnesio y zinc, y reducir el consumo de azúcares y grasas poco saludables. La práctica regular de actividad física, como caminar, hacer yoga o nadar, es fundamental. Dormir al menos 7 horas cada noche, siguiendo una buena rutina de sueño, y mantenerse bien hidratado, especialmente durante los meses de verano, son hábitos clave a tener en cuenta.
Hacia una nueva mirada
Y aunque este grupo etario es una fuerza social y económica importante, hay una deuda en políticas públicas dirigidas a ellas. El desarrollo de programas de educación, controles preventivos de osteoporosis y salud cardiovascular, y la capacitación de profesionales de la salud en esta área son prioritarios. «Visibilizar el climaterio en el ámbito público y laboral es el primer paso para que las mujeres no se sientan invisibles», añade Velásquez.
Desafortunadamente, en nuestro país no existe una política nacional de climaterio, pero el tema ya está entrando en la agenda. La Universidad Católica y la U. de Chile han propuesto programas de capacitación y acompañamiento en atención primaria para equipos de salud en el abordaje integral de esta etapa. «Debemos avanzar hacia políticas públicas que consideren al climaterio una etapa más del ciclo vital femenino, no un problema. Eso significa garantizar información accesible, acompañamiento psicológico, control ginecológico preventivo y programas comunitarios de bienestar”, concluye la farmacéutica.
Hablar de climaterio es hablar de vida. De autoconocimiento, autocuidado y libertad. Una etapa que, lejos de significar un cierre, marca el inicio de una versión más consciente y plena de nosotras mismas.
























