• Especialista recomienda anticiparse con hábitos simples que favorezcan el bienestar: buena hidratación, descanso y una alimentación balanceada.

Noviembre de 2025.- Con la llegada de las altas temperaturas, las rutinas cambian y también la forma en que comemos. Los días se alargan, las terrazas se llenan y aumentan los panoramas al aire libre donde abundan los picoteos, las bebidas frías y, muchas veces, la comida rápida. Este escenario -aunque tentador- puede tener efectos en la salud si no se acompaña de una alimentación equilibrada y una adecuada hidratación.

“El verano invita a socializar más y eso, naturalmente, se asocia con un mayor consumo de alcohol, alimentos procesados y grasas. Pero disfrutar no está reñido con cuidarse: la clave está en el equilibrio”, señala Yael Toporowicz, nutricionista de IntegraMédica. 

El calor y la vida al aire libre hacen aún más importante mantener una buena hidratación. Por esa razón, se recomiendan al menos dos litros de agua al día, aumentando la cantidad si se realiza ejercicio o se pasa mucho tiempo al sol. Lo ideal es beber pequeños sorbos de forma constante, ya que cuando aparece la sed el cuerpo ya está ligeramente deshidratado. 

Asimismo, la nutricionista aconseja privilegiar siempre el agua, infusiones o frutas con alto contenido de líquido por sobre otras bebidas. Advierte que la sed es ya un signo inicial de deshidratación y que también es importante observar el color de la orina: si está muy oscura, es una señal de alerta. 

En la alimentación, sugiere priorizar proteínas y fibra en cada comida —pescado, huevos, legumbres, lácteos sin azúcar, ensaladas y granos integrales—, ya que ayudan a mantener la energía y fortalecer el sistema inmune. Además, advierte que el consumo excesivo de alcohol puede alterar el sueño y provocar microdespertares, generando al día siguiente más cansancio y malas decisiones alimentarias. 

El rol del movimiento en una vida saludable

La actividad física también cumple un rol esencial: la recomendación es realizar entre 150 y 300 minutos semanales de ejercicio aeróbico y al menos dos días de entrenamiento de fuerza. “El movimiento es parte del tratamiento y de la prevención”, enfatiza, recordando que pequeños cambios sostenidos en el tiempo valen más que los esfuerzos intensos pero breves.

A esto se suma un punto clave, mantener hábitos saludables es fundamental para prevenir enfermedades cardiovasculares, que siguen siendo una de las principales causas de muerte en Chile y el mundo. Una dieta rica en frutas, verduras y alimentos frescos, junto con la reducción del consumo de alcohol, azúcar y sal, permite controlar el colesterol, la presión arterial y la glicemia. Según Toporowicz, “una alimentación equilibrada, junto al ejercicio y el descanso adecuado, puede marcar una diferencia real en la salud del corazón y en la calidad de vida de las personas”.

Además, se sugiere mantener horarios regulares de comida, evitar ayunos prolongados y preferir preparaciones livianas, especialmente al mediodía. 

“El verano es una oportunidad para reconectar con alimentos naturales, aprovechar los productos de temporada y redescubrir el placer de comer sano. No se trata de prohibir, sino de mantener el equilibrio. Si un trozo de torta es ocasional, no pasa nada; el problema es cuando eso se vuelve parte del día a día”, agrega la especialista de Integramédica.

Consejos para disfrutar el verano sin descuidar la salud

  • Más cáscaras, menos envases: Las frutas no son el problema; el exceso de alimentos procesados y envasados sí.
  • Prefiere frutas de temporada: Melón, sandía, duraznos y berries son ideales para hidratar, aportar vitaminas y refrescar de forma natural.
  • Hidrátate constantemente: Bebe al menos dos litros de agua al día.
  • Modera los excesos: El consumo elevado de alcohol y bebidas azucaradas favorece la deshidratación.
  • Elige alimentos frescos: Prioriza pescados y mariscos, ricos en proteínas y omega 3, junto a ensaladas, legumbres y granos integrales.
  • Disfruta del aire libre con equilibrio: Aprovecha los panoramas veraniegos, pero evita recurrir de forma frecuente a la comida rápida o ultra procesada.
  • Mantén tus horarios de comida: Realiza al menos tres comidas principales al día para mantener la energía estable.
  • Cuida tu descanso: Dormir bien es parte del autocuidado; durante el sueño el cuerpo se recupera, regula hormonas y fortalece el sistema inmune.

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Equipo Prensa
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