El proceso de recuperación tras un accidente cerebrovascular (ACV) requiere el apoyo de un equipo de personas de diferentes áreas. Esto, porque los ACV son un problema de salud pública de enormes consecuencias para los afectados y sus familias; en efecto, en torno a 15 millones de personas sufren un ACV cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). De éstas, 5 millones fallecen y otras 5 millones de personas quedan con algún tipo de discapacidad.
“El enfrentamiento de un problema como es el ataque cerebrovascular requiere la mirada de diversos especialistas, tanto en la atención del paciente en el hospital, en el servicio de urgencia, como en la rehabilitación. Por eso es importante estar coordinados”, señala el presidente de la Asociación Chilena de Enfermedades Cerebrovasculares, ACEVE, Dr. Pablo Lavados.
Desde el momento en que el paciente llega al hospital, para ser atendido en urgencia, hasta el proceso de rehabilitación, cada paso debe ser abordado por especialistas capacitados que trabajen en conjunto. Esto implica a médicos especializados en neurología y neurocirugía, cirujanos vasculares, enfermeras, kinesiólogos, psicólogos y terapeutas ocupacionales, a quienes se suma el personal técnico que asiste los traslados y la gestión de la atención en salud.
En primer lugar, los servicios la urgencia desempeñan un papel vital en el tratamiento de un ACV. Médicos de emergencia y neurólogos deben actuar con rapidez en la realización del diagnóstico y la administración de un tratamiento oportuno, el cual puede incluir administración de fármacos o intervenciones quirúrgicas. Esto significa una gestión eficiente y oportuna de los recursos necesarios para actuar con la rapidez necesaria.
La permanencia del paciente en el centro de salud tras un ACV también requiere un manejo coordinado por enfermeras, quienes mantendrán un monitoreo del estado de salud del paciente, y reaccionarán oportunamente en caso de ser necesario. Tras la recuperación, un equipo de profesionales especializados apoyará la recuperación del equilibrio, la fuerza muscular, las habilidades motoras y la salud mental de los pacientes, y orientará a los familiares respecto a las adaptaciones que deban hacerse en el entorno del paciente para responder a sus necesidades.
“Desde las políticas públicas para la atención del ACV hasta los más mínimos detalles de la implementación de la atención en los centros de salud, se forma toda una cadena de cuidados que nunca debe romperse, ya que de ésta depende el éxito del manejo de esta enfermedad”, indica el Dr. Pablo Lavados.
La cadena de cuidados fue abordada recientemente en el Primer Congreso de Enfermedades Cerebrovasculares, realizado en Santiago los días 16 y 17 de junio, al que asistieron más de 250 participantes, entre personal médico, profesionales de diversas áreas y agrupaciones de pacientes convocadas por la Asociación de Enfermedades Cerebrovasculares, ACEVE.
“Nos interesa poder intercambiar conocimiento, hacer proyectos en equipo, conocer personas y hacer nuevos contactos profesionales para enfrentar esta enfermedad. Estos espacios son muy relevantes para realizar este intercambio”, sostiene el Dr. Pablo Lavados.
Con el objetivo de seguir impactando positivamente en la salud de los pacientes, la Asociación Chilena de Enfermedades Cerebrovasculares, ACEVE, proyecta continuar realizando un congreso por año, además de múltiples actividades en todas las regiones del país, para promover el trabajo en equipo y el intercambio de conocimiento sobre tratamientos que son cruciales para pacientes y familias que están enfrentando un ACV. Todo, para fortalecer todos los eslabones de esta importante cadena de cuidados.
Equipo Prensa Portal Red Salud
